TCton la que está cayendo y la noticia de la semana no va a ser el aumento del paro, ni la bajada de las temperaturas, ni la evidencia de que media Europa se queda sin gas, ni los excesos verbales de Aznar calificando la victoria de Obama de "exotismo histórico", ni que este siga sin hablar sobre Gaza, ni que Bush declare que es espiritual aunque no oye voces, (por ejemplo de los inocentes masacrados en Irak). El notición va a ser el atentado al protocolo de Carme Chacón en la Pascua Militar. A pesar de que la ministra consultó en Zarzuela si el atavío era el adecuado, los expertos de la cosa se han apresurado a emitir su veredicto. Carlos García Calvo la pone como chupa de dómine . Al elegante no le gustó la mandataria. Su atrevimiento es de pésimo gusto y su ropa un disfraz discotequero/sesentero. El traje pantalón lleva la firma de la prestigiosa Purificación García , pero eso le deja indiferente. Lorenzo Caprile , en cambio, aunque con reparos a su botonadura negra, estima que doña Carme iba correctísima, Yo, hija de militar y experta en nada, creo que estaba guapísima, el moño me encantó y también su aire entre agresivo y dulce, pero, claro, de protocolo sé lo que de física cuántica. Algunos militares, rencorosillos ellos, recuerdan que pueden ser arrestados por vestir de forma inadecuada. Las féminas más combativas, Aguirre, Pajín , achacan las críticas al machismo galopante. Discrepo, pues bonito le pusieron al ministro Sebastián por no llevar corbata al Congreso en ocasión mucho más de andar por casa. El hecho es que a vueltas con el traje, nadie se ha fijado en el discurso. Ese en el que la ministra expresaba con sobriedad y contención su horror por las masacres en Gaza, donde los judíos siguen empeñados en imitar la estrategia de destrucción global ya utilizada por Putin en Grozni. Su horror era el nuestro, el de muchos, también su reproche. Y aunque su petición de humanidad, otra más, no será escuchada, le agradezco el gesto. Sólo un reparo. Llamó combatientes a los terroristas de Hamás. Opino que ese fue su desliz, no el esmoquin.