Viendo lo ocurrido en Madrid con los presupuestos, con el nuevo abrazo de Vergara entre Urkullu y Zapatero , y con el nuevo desplante a López , podría pensarse que la carrera del actual lehendakari declina.

Pero la política tiene vericuetos inescrutables que llevan del desaire al favor popular en menos de una legislatura. Patxi López, que está haciendo una brillante gestión en Euskadi, y ha conseguido, en un periodo brevísimo de tiempo, devolver a las víctimas de ETA la dignidad que los terroristas les habían arrebatado junto a la vida de sus deudos, no crece en las encuestas.

La economía vasca, las empresas vascas, están reaccionando ante la crisis mejor que la media del Estado. Pero el pacto con el PP sigue levantando ronchas, y que un nacionalista no ocupe Ajuria Enea es algo impensable para un amplio sector de la sociedad.

Ahora Urkullu es el hombre de moda. Ha conseguido, desde la oposición, lo que un lehendakari socialista no ha logrado de sus compañeros de Madrid. Además, si las medidas de contención del déficit comienzan a dar resultados para dentro de dos años o tres, el PNV podrá apuntarse el tanto de que sin su apoyo no se habría salido de la crisis.

¿Cuál será pues el destino de López? Parece que, en esta ocasión, no va a ser la marioneta de Moncloa que, en su momento, llegó a ser Montilla .

Y la razón está muy clara. Patxi López y Urkullu tienen que negociar, por primera vez, como gestionar el fin de ETA, como acelerarlo y como reconducir a los que han sido su rama política y que todavía se niegan a condenar la violencia, por lo que no pueden presentarse a las elecciones.

Porque el fin de ETA pasa por un acuerdo entre los dos grandes partidos en Euskadi. El PNV no puede, después de López, volver al poder con ambigüedades respecto a la banda terrorista, ni con subvenciones a las familias de los presos. Ahí está la oportunidad del actual lehendakari: lograr la paz.

Si durante el mandato de Patxi López se logra, además de la reconciliación de gran parte de la sociedad vasca, que ETA deje definitivamente las armas y se acabe con una pesadilla que ha torturado a la sociedad española durante décadas y décadas, a lo mejor el actual dirigente vasco podría ser el relevo de Zapatero encabezando la lista del PSOE a las elecciones generales. Tiene experiencia, una demostrada capacidad de pacto, determinación, y también aguante.