WEw l presidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, dedicó en la noche de ayer el núcleo de su discurso tras la ceremonia de entrega de la Medalla de Extremadura a los cinco galardonados de este año, al reto de que Cáceres logre ser Ciudad Europea de la Cultura en el 2016. Quedó justificado así, con un buscado tono institucional --incluso el presidente del PP, Carlos Floriano, juzgó positivamente el discurso de Rodríguez Ibarra-- el traslado al Auditorio de esta ciudad de los actos del Día de Extremadura, que tradicionalmente acoge el Teatro Romano de Mérida.

Lo novedoso del discurso radica en que, si hasta ahora la Junta se había comprometido a liderar el consorcio y a prestar la mayor atención a la capitalidad, Ibarra situó la consecución del título al que aspira Cáceres en un nivel, además de político, socialmente estratégico: como un pretexto para aglutinar a los ciudadanos --"nos hemos empeñado en un desafío que puede unirnos y debemos ganar", dijo--; una ocasión para que el espíritu de la capitalidad, como escaparate de Cáceres y de la región, alcance no sólo a la ciudad monumental, sino a todos los barrios; y también como el próximo afán colectivo de los extremeños, comparable al que se suscitó cuando se logró que la región no albergase una segunda central nuclear: "Lo que les pido a todos es que a partir de mañana y hasta el 2012 en que se decide la capitalidad de 2016, además de ser extremeños seamos también cacereños" añadió. Es decir, que toda la fuerza de la región se oriente al 2016. Un espaldarazo y un compromiso.