TAthora que a algunos nos toca repasar los libros escolares de Historia junto a nuestros hijos, acabas dándote cuenta de que no han cambiado demasiado las cosas: Constantinopla "cayó" en 1453, fuimos "invadidos" por musulmanes en el año 711 y América fue "descubierta" en 1492. En tres hitos ya hemos dejado caer subjetivamente que los turcos eran los malos, que nosotros descendemos de los visigodos y no de Ibn Marwan , y que los seres humanos que vivían al otro lado del Atlántico casi no existían antes de aquel 12 de octubre que ha acabado por ser nuestra fiesta nacional. Muchos países celebran la suya recordando el día que consiguieron su independencia de la metrópolis, otros rememoran la fecha que lograron unificarse, unos cuantos evocan a un santo y hay uno, Portugal, que recuerda la muerte de su más insigne escritor, Luís de Camoes .

Puestos a elegir, uno prefiere que honren a literatos antes que a espadachines y otras batallas sangrientas. Hoy, precisamente, es 10 de junio: el día de Camoes y la fiesta nacional de nuestros vecinos portugueses. Un buen día para recordar la enorme cultura que Portugal ha aportado al mundo y la suerte que tenemos en Extremadura de poder disfrutar de ella con un mínimo esfuerzo, aquí al lado. Es la ventaja de vivir donde hubo fronteras, que suele ser una tierra fértil para crear, imaginar, contrastar, compartir y cooperar. En nuestra mano está saber aprovechar al máximo esa ventaja que nos da la Geografía, quizá en compensación por esa gloriosa Historia que nos empeñamos en escribir y reescribir y que, tal vez, nunca llegamos a tener.