THtoy es el día de la democracia, una democracia que, además de elegir a unos representantes por sufragio universal y libre, ha de generar un modo de entender la vida. Por definición, la democracia es una especie de protección contra la violencia, contra la agresión arbitraria de un grupo hacia otro: todo ciudadano es igual ante la ley y la agresión indebida de uno a otro es penalizada, por eso, tras la dolorosa masacre terrorista de Madrid, la mejor respuesta ciudadana ha de ser la de robustecerla y profundizarla. Vivimos en un mundo violento y en un mundo en el que se ha pervertido, en algunos aspectos, el sentido democrático: el tratamiento dado a la inmigración, la incapacidad para tratar adecuadamente el terrorismo, la competitividad y la casi violencia que nos rodea, la dificultad de respetar al que piensa diferente, el pensamiento único, nos están llevando a una democracia de baja intensidad. Es tiempo de rehabilitarla y de volver a la ética y al talante democrático. Es el momento de fortalecer el sistema, de enganchar otra vez la sociedad a los criterios de la libertad, la solidaridad, la aceptación de la diversidad, y la lucha contra los violentos: eso empieza cuando depositamos, libremente, una papeleta en la urna.

*Licenciado en Filología