Un día triste para un fin de semana trágico. El Campo Arañuelo vivió ayer una de sus jornadas más dolorosas con los funerales por los cuatro jóvenes fallecidos en accidente de tráfico, ocurrido durante la madrugada del domingo en Belvís de Monroy. Por otro lado, ayer se conoció que ya son cinco los muertos en la brutal colisión de la A-5 a la altura de Mérida.

La edad de los accidentados, por debajo de los 30 años, ha llevado a una profunda reflexión por parte de las autoridades y de los ciudadanos en general y siempre quedará la duda de si en las campañas de prevención se hace todo lo que se puede para frenar esta fatal escalada de siniestralidad. Navalmoral, Belvís de Monroy, Almaraz, Mérida, Badajoz, Villalba de los Barros o la localidad madrileña de Leganés tardarán en olvidar lo acontecido este fin de semana en las carreteras extremeñas, uno de los más trágicos que se recuerdan. Ahora sólo queda el consuelo de la reflexión y el de trabajar, seguir trabajando, para que estos episodios de dolor no se reproduzcan. Hoy es obligado el llamamiento a la responsabilidad, la de todos, porque éste es un problema que ataña, más que nunca, al conjunto de la sociedad española, en general, y extremeña, en particular.