El presidente de la Junta anunció ayer que dará un tijeretazo al presupuesto del Día de Extremadura; que a partir de ahora será más austero y que se trasladará del Teatro Romano al palacio de congresos de la capital autonómica. Esta celebración, en su formato actual, es de las cosas que, según Fernández Vara, la región "no puede pagar".

Las cifras que aparecen hoy en estas páginas sobre el coste de las actuaciones artísticas le dan la razón: pagar, solo en los últimos tres años, alrededor de un millón de euros por las actuaciones del Día de Extremadura, es una cantidad excesiva aun sin crisis. Eso demuestra que ni los responsables políticos, ni los medios de comunicación ni el conjunto de la sociedad, han estado, durante los años de bonanza, suficientemente atentos al control de los gastos.

Con todo, sería conveniente que el presidente señalara, sin cuentagotas, qué es lo que Extremadura "no puede pagar", es decir, que informara sobre todos los recortes que el Gobierno regional se propone hacer para que los ciudadanos se hagan una idea cabal del tamaño del plan de ahorro.