El Teléfono de la Esperanza, todos los años, dedica un día a nivel nacional, el 15 de noviembre, a concienciar a la población de la importancia que tiene en nuestras relaciones personales, el saber escuchar, y decimos saber porque no es nada fácil; buena prueba de ello, es la cantidad de parejas que fracasan y señalan como causa la falta de entendimiento, la incomunicación. En efecto, la queja más común de muchas mujeres, que llaman al Teléfono de la Esperanza, es que sus maridos no las escuchan. En un estudio realizado con personas divorciadas y separadas sobre el origen de su fracaso matrimonial, el 87% manifestó que estuvo motivado por la incomunicación y la dificultad de comprenderse: "Mi ex sólo entendía lo que le interesaba, que era muy poco".

Mucha gente confunde escuchar con oír y no es lo mismo. Ciertamente, la escucha supone como base la audición e incluso la atención a lo que la otra persona nos dice, pero es algo más; ese algo más, es la buena voluntad de comprender el mensaje y para eso hace falta intentar ponernos en el lugar del otro, meternos en su piel; en una palabra, empatizar; es decir, mirar con los ojos del otro el problema y desde ese momento nuestra visión de las cosas cambiará. Entonces, el asunto tendrá la importancia que el otro le dé. Ya no concluiremos con la consabida frase de vaya tontería , que tanto molesta a nuestro interlocutor y que interrumpe violentamente la comunicación e inhibe cualquier manifestación posterior.

Este año, de una manera particular, el día de la escucha está dedicado a la mujer. El lema es: "Escuchando a la mujer". Es verdad que las mujeres tienen fama de hablar mucho- tal vez porque son conscientes de que se les escucha muy poco. En efecto, a lo largo de la historia han sido sistemáticamente marginadas y, en la actualidad, sus voces se siguen silenciando. No hace falta salir de nuestras fronteras para comprobarlo. La tan aireada igualdad es más de carácter teórico que práctico y la vida no es teoría: La violencia de género, la desigualdad salarial, la temporalidad y la precariedad en el empleo siguen teniendo nombre de mujer.

El Teléfono de la Esperanza quiere, este año, de una manera especial reivindicar la importancia de la figura femenina en nuestra sociedad. Son ellas las que compaginan los papeles de madre, esposa, cuidadora de los familiares mayores y trabajadora en la calle y en el hogar.

Con motivo de esta celebración, el Teléfono de la Esperanza, el día 14 de noviembre, a las 8 de la tarde, en el salón de actos de la Caja de Extremadura, en la calle Clavellina, invita a la conferencia, dictada por don Alejandro Rocamora , profesor de Psicopatología de la Universidad de Comillas, que tiene por título : La felicidad y el sufrimiento: las dos caras del crecimiento personal .

*Presidente del Teléfonode la Esperanza en Cáceres