Esta semana he andado de un lado a otro con un mismo libro en el bolso, se titulaba Un mundo mejor para nuestros hijos - Discursos 2009-2016 de Barack Obama, cada vez que leía su título mientras trabajábamos en la Asamblea de Extremadura reflexionaba sobre él, sobre lo grandilocuente que me resultaba pero a la vez sencillo y puro, porque al final, de eso trata la política, de eso trataba el trabajo que estábamos desarrollando en ese momento en la comisión.

Seguramente, nadie se atrevería a utilizar esas palabras para el día a día parlamentario por ostentosas e incluso pretenciosas, sin embargo, el propósito con pequeñas o grandes acciones es el de mejorar el día a día de todos y todas las extremeñas así como sembrar para que el futuro sea más próspero y hayamos contribuido al progreso y a la mejora de la sociedad. Y eso debe ser.

Por eso, a veces, deberíamos pararnos y pensar en lo trascendental que resulta esa herramienta para quien más lo necesita, para transformar la realidad, para construir sobre aquello que no funciona, ¿no es eso verdaderamente importante? Yo creo que lo es, así como lo son, también, todos y todas las han peleado por ello.

Mañana, en Puebla de la Calzada, los socialistas extremeños celebraremos el Día de la Rosa.

No solo es un día de afectividad y compañerismo, lo cual no es poco, sino que además, será una jornada reivindicativa.

En esta ocasión, recordaremos que en este 2018 se cumplen 35 años de la victoria de Juan Carlos Rodríguez Ibarra y el PSOE de Extremadura.

El gran reto de los socialistas fue transformar una región de la que habían hecho creer que era una región pobre, cuando en realidad era una región explotada, una Extremadura que había visto cómo se desangraba de población en los 60 y 70, una región sin confianza, sin identidad, en la que las provincias de Cáceres y Badajoz estaban de espaldas.

El PSOE de Extremadura con el liderazgo de Rodríguez Ibarra fue capaz de revolucionar todo aquello, fue capaz de que nos sintiésemos orgullos de ser extremeños y extremeñas, fue capaz de transformar la realidad social y económica de Extremadura, rompió cristales para que pudiéramos tener las mismas infraestructuras que el resto de España, para que nosotros tuviéramos misma educación que el resto de españoles y para tener una sanidad de calidad.

A veces, es importante reconocer esa labor política, y aún más importante, seguir trabajando sin descanso por mejorar nuestra realidad.