El octogenario escritor don Eliseo García , quien dice que a sus ochenta y un años ya viene de vuelta, aún se sorprende ante ciertas actitudes del género humano. Y es que un hombre que ha vivido una guerra, que ha dormido durante diez años en una parca y húmeda celda de una cárcel acusado de escritor subversivo, que posteriormente estuvo vigilado por las autoridades policiales durante bastantes años, que ha visto a su país en ruinas, a sus compatriotas pasando penurias o emigrados, y ahora se ve en una nación crecida, democratizada y europeizada, no puede justificar de ninguna manera esos descontentos de algunos ciudadanos, seguramente acomodados, que se han dado a reivindicar antiguos símbolos y nuevas independencias --aunque todavía retenga en su memoria cierto resentimiento y algunos colores no le traigan buen recuerdo--.

Dice don Eliseo que ha llegado a la conclusión de que algunos ahora nacen disconformes de todo aun teniéndolo todo. Dice que, precisamente los más ancianos --como él-- son los más críticos con esas reivindicaciones trasnochadas, porque han sido testigos del cambio de un país empobrecido a un país próspero y temen la inestabilidad, el retroceso. Dice que entiende las inquietudes pasajeras de muchos jóvenes, quienes por serlo se llenan de ganas de cambiar el mundo, de idealismos --malo sería que todos pensaran sólo en el cantante de moda, en el look y la moto sin silenciador en el tubo de escape--. Dice que tiene un vecino que lo está pasando muy mal porque se va a quedar en el paro y se manifiesta todos los días, pero para defender su puesto de trabajo.

Dice que está escribiendo un largo artículo para el Periódico titulado Dictadura en conserva , en el que habla de un peculiar país democrático que contiene otro pequeño país gobernado por un sátrapa que hace y deshace a su antojo. A este pequeño territorio en el que no existe la libertad de expresión, ni los sindicatos de clase, ni el sufragio universal, ni el politeísmo, es un pequeño residuo que recuerda una dictadura vivida con anterioridad en el país democrático que lo conserva, y es utilizado para que algunos habitantes de este país que no saben o han olvidado cómo se vive con un régimen autoritario, pasen largas temporadas y refresquen la memoria.

*Pintor