Yo no quisiera que mi padre, mi madre o un pariente, ni el de ninguna otra familia, estuviera todavía en una fosa común o en una individual o en una cuneta sin identificar o aún desaparecido después de tantos años de penar y sin dignidad. Yo no quisiera que hubiera aún personas sin identificar porque, en un mal día lejano, alguien la quitó su dignidad y a su vez se quedó sin la suya. Ya es hora y día para que el Estado tenga dignidad y la tenga cada una de las personas del Estado. Ya es hora y día para que el Estado tome las medidas y decisiones necesarias, empezando por el Jefe del Estado y hasta el último ciudadano, para que a todas esas personas con nombres y apellidos, se las localice, se las identifique y se les dé una sepultura digna, donde los familiares deseen, con toda la dignidad que un Estado digno puede dar. Yo no quisiera tener, después de tantos años, las heridas abiertas por una guerra civil que nuestros antepasados sufrieron y aún algunos siguen sufriendo. Y yo no quisiera que mis hijos, ni los de otras personas prolongaran la indignidad. Yo no quisiera tener un Estado sin dignidad por no haber resuelto los daños, prolongados en el tiempo, causados a personas que también defendieron al Estado. Mejor hoy que mañana, y antes de que las cosas se tensen más, para que todas las instituciones, partidos políticos y ciudadanos sepamos recuperar y recuperemos nuestra dignidad y la de nuestros antepasados.

Hernán Cortés Villalobos **

Badajoz