WEwl recorte de fondos europeos para España decidido en la cumbre de Bruselas, en la que los países de la Unión, a falta del apoyo del Parlamento, han aprobado las líneas presupuestarias entre el 2007 y el 2013, inevitablemente es un motivo de lucha política en una región como Extremadura, cuya dependencia de los fondos europeos nadie cuestiona.

Todo el mundo era consciente de que los fondos iban a menguar y que no habría estrategia política ni capacidad de ningún gobierno, independientemente de su signo ideológico, que pudiera lograr que el saldo favorable a España a partir del 2007 se asemejara al del presente ciclo presupuestario. Sería, además, injusto que así fuera, porque la primera razón de ser de esos fondos es ayudar a los países con menor renta a alcanzar la media de la Unión. Después de la ampliación a 25 países, España está prácticamente en esa media, y algunas de sus regiones, unas por el efecto estadístico como resultado de calcular la media entre esos 25 en lugar de entre 15 y otras porque han superado los niveles de renta que les hacían acreedores de las ayudas, han abandonado las condiciones que les hacían receptoras. Por tanto, España necesitará a partir del 2007 menos que hasta ahora la solidaridad de los socios europeos.

Pero este hecho, por muy incuestionable que sea, ni siquiera atempera el debate entre la Junta y la oposición. Un debate del que hay razones para pensar que los términos serían intercambiables si la posición de los partidos contendientes también lo fuera.

El jefe del PP, Carlos Floriano , insiste en que Extremadura va a dejar de percibir alrededor de 1.400 millones entre el 2007 y el 2013. Y aunque la cifra coincide con algunos estudios no ligados a partidos, se trata de una especulación, pero que no puede resultar definitiva porque los gobiernos nacionales tienen capacidad para distribuir esos fondos y, en consecuencia, el montante final dependerá de esa distribución.

De igual modo resulta aventurado el optimismo del presidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra al afirmar que confía en que Extremadura sea receptora de más fondos europeos a partir del 2007 porque ahora las regiones Objetivo 1 --las que cuentan con un nivel de renta menor al 75% de la media comunitaria: Extremadura, Andalucía, Galicia y Castilla La Mancha-- son menos que antes al salir del grupo Castilla León, Valencia y Canarias y, por tanto, "somos menos a repartir". Un optimismo que choca no sólo con el drástico recorte en el saldo positivo de España, que pasará de los 48.000 millones hasta el 2006 a los 16.000 a partir del 2007, sino en sus propios datos: Ibarra cree posible obtener 3.000 millones de euros; eso significa alrededor de 750 menos que ahora.

Ante esta situación, tal vez lo que más convenga a Extremadura no es la discusión sobre la cuantía de la pérdida sino asumirla cuanto antes por inevitable y empezar a trabajar con mayor empeño en buscar alternativas.