TUtn tipo que se hizo un trasplante de pelo pero debió haber empezado por someterse a un trasplante de cerebro, Donald Trump , encabeza los sondeos como candidato republicano a la presidencia norteamericana. Predica el odio contra todo cuanto no sea blanco y nacido en Estados Unidos. Comenzó como un chiste, pero ahora, en la tradición de los dictadores más aclamados, ya se atreve a expulsar a un periodista si no le gusta y a escupirle a la cara que se vuelva a su casa mientras sus colegas se pelean por seguir preguntado.

Nuestra cristiana y civilizada Europa, esa donde cada día nos repiten que las fronteras pertenecen al pasado, se llena de vallas, concertinas y muros para blindar nuestro bienestar frente a la desesperación de miles de refugiados que, al parecer, no deben ser ciudadanos del mundo como nosotros.

Arden los centros de acogida en Alemania y la mismísima Angela Merkel debe escuchar insultos y abucheos por no arrear más palo y abrir las puertas a quienes llegan de fuera. Mientras, el Partido Popular elige como candidato en Cataluña a un García Albiol que navega en la ola de la xenofobia y proponía limpiar su ciudad. Parece que el odio es lo único que no tiene fronteras en Europa.

Hace un par de años era noticia entre nosotros la homofobia que se extendía por Rusia, jaleada por otro demócrata de toda la vida, Vladímir Putin . Hoy es noticia la homofobia que se extiende por España como una plaga de odio al grito de "muerte al maricón". Crecen las agresiones homófobas, y lo hace sobre todo entre esos jóvenes en los que ha vuelto con fuerza el machismo.

En la era de la globalización se odia globalmente. Si eres diferente y además estás indefenso, corres peligro. Alguien te lo hará pagar para sacar ventaja o hacer negocio.