Ascensión Mendieta tenía 13 años cuando asesinaron a su padre. En enero del 2016 se abrió una fosa común en el cementerio de Guadalajara, pero no encontraron los restos de su progenitor. Ascensión, con 91 años, no puede cerrar el duelo. Desde el fin de la dictadura nuestros gobernantes se han llenado la boca con la palabra democracia. ¿Cómo es que en todo este tiempo no han hecho casi nada para cerrar el dolor de muchas familias?

Ha sido necesario esperar hasta septiembre del 2016 para que la Generalitat presente un plan para identificar a las víctimas del franquismo. Reproduzco el texto de una foto de Francesc Torres, en la exposición A cop d’ull, en el Palau de la Virreina, el 2013. «Tres imágenes procedentes del proyecto que documenta la exhumación de una fosa común de septiembre de 1936 en Villamayor de los Montes, Burgos, realizada en 2004. Se encontraron 46, todos hombres, de entre 17 y 70 años, muertos por múltiples heridas de bala incluidos los tiros de gracia en la cabeza. También presentaban fracturas perpetradas antes de ser fusilados. Los verdugos fueron falangistas y guardias civiles. Este proyecto fue realizado en Burgos por la imposibilidad de hacerlo en Catalunya en dos ocasiones: la primera con Jordi Pujol todavía presidente y, la segunda, con el primer tripartito. En ambas ocasiones el proyecto fue abortado por injerencias políticas. En el segundo caso, ERC fue la responsable de que no siguiera adelante. No se pedía dinero, solo permiso. Los fondos los había conseguido en EEUU mediante una Fullbright Fellowship y la ayuda de dos instituciones privadas de Nueva York. La pieza completa se estrenó en el International Center of Photography (ICP) de Nueva York y forma parte de su colección permanente».

INDEPENDENCIA

Basta de gritos

Pau Vives

Barcelona

Si realmente quieren la independencia, todos los aficionados culés que gritan cada partido en el minuto 17.14, lo que deberían hacer, si son coherentes con lo que piensan, es exigir a la junta del Barça que retire a todos los equipos del club de todas las competiciones españolas. Y si no lo hacen, al menos deberían dejar de gritar. Ya es suficiente.

refugiados

¿Tenemos alma?

María Ángeles Fernández

Calamonte

La ola de frío extremo que azota Europa está teniendo consecuencias gravísimas para los refugiados y migrantes a la intemperie, o en centros paupérrimos. Organizaciones de derechos humanos y de ayuda a los solicitantes de asilo han lanzado la voz de alarma por las condiciones en las que estas personas están afrontando las bajas temperaturas y han alertado de que la situación se puede agravar, además, en los próximos días ya que se prevé que hará todavía más frío en países como Bulgaria.

¿Europa ha perdido el alma? ¿O la conserva pero sepultada bajo preocupaciones económicas y de poder? Si conservara el alma, si conservara la calidad humana, puede que no levantara fronteras, tal vez no habría miles de personas de todas las edades heladas bajo la nieve a temperaturas insoportables. Quizá habrían enviado -con mucha urgencia- helicópteros, sacado a la gente de las tiendas, organizado vuelos para repartirlos por todos los países donde seguro encontrarían acogida en familias, edificios deportivos, escuelas... Europa no va bien, y no va bien porque el materialismo se la come, porque los gobiernos no canalizan la compasión y voluntad de ayuda de tantas personas. ¿No sería posible un maratón a favor de los refugiados en Extremadura? No hay derecho a que este tipo de cosas sucedan.