WLwa victoria electoral del PSOE cumple hoy dos años. En este tiempo se han materializado tres cosas: unas reformas sociales concretas y tangibles promovidas por Rodríguez Zapatero , el todo vale opositor del Partido Popular, crispando la vida pública, y un nítido aislamiento parlamentario de los conservadores a causa de su política. Los populares encajaron mal su inesperada derrota. Desde entonces intentan deslegitimar a los socialistas. Empezaron --y siguen-- sembrando sospechas sobre el 11-M, vinculándolo a ETA o a unas oscuras maniobras policiales, pese a que Aznar y Acebes , su ministro del Interior, controlaban entonces ese mundo. Ayer Rajoy dio otra vuelta de tuerca a la tesis sugiriendo la anulación del sumario. Pero la estrategia furibunda de considerar inconstitucional lo que rechaza el PP se ha centrado sobre todo contra el Estatut y contra la estrategia socialista para lograr la paz en Euskadi. Sin esta oposición tan desestabilizadora, la sociedad española podría valorar mejor los cambios de Zapatero y sus leyes, como la de violencia doméstica o la de dependencia, así como la buena situación económica y una política exterior no sumisa respecto de Bush . Que no sea así es, seguramente, el objetivo de quienes fomentan la crispación.