WHwoy veremos la reacción de los mercados financieros mundiales por tres hechos relevantes sucedidos entre el viernes y el sábado. Primero, las normas dictadas por el Consejo de Ministros ante la OPA de la alemana E.ON sobre Endesa, que compite con la que lanzó Gas Natural, y que también hoy debe concretar ante la Comisión del Mercado de Valores. Segundo, la decisión drástica del Gobierno francés de forzar la integración de Gaz de France y Suez, para impedir el intento de penetración de la italiana Enel. Tercero, la pretensión de la Comisión Europea de medir con varas distintas estas operaciones, hasta el punto de que sólo ha lanzado una advertencia al Ejecutivo español.

La compañía germana E.ON nació de la fusión de dos compañías de electricidad y gas alemanas, forzada por el ejecutivo de Schröder, y protegida de asaltos exteriores por diez años sin que nadie pusiera pegas en Bruselas. Tampoco se conocen resoluciones del poder comunitario contra los modelos de concentración pública y dominio energético en Francia (EDF) y en Italia (Enel). Está claro que estos tres países aspiran a determinar el mapa energético europeo, pero no tienen autoridad para convertir a España en comparsa de sus intereses.