Más de medio centenar de edificios de interés histórico, que datan de mediados del pasado siglo, se encuentran fuera de los planes de protección especial del patrimonio arquitectónico en Cáceres. Esta circunstancia deja en evidente riesgo unos inmuebles que son la herencia más reciente de la historia de la ciudad. Aunque su valor artístico no es nada comparable con otras viejas edificaciones del casco viejo cacereño, se trata de una arquitectura autóctona y representativa de nuestro pasado inmediato. La falta de un plan protección específico hace muy vulnerables estos caserones y, de hecho, en las dos últimas décadas, Cáceres ha visto cómo algunos de sus inmuebles más emblemáticos han ido desapareciendo.

Edificios como el Banco de España, la Subdelegación del Gobierno o el Seminario Diocesano pertenecen a ese patrimonio reciente que queda sin el amparo suficiente para garantizar su continuidad en una ciudad, precisamente, que ha sabido siempre conservar su legado arquitectónico. La reciente desaparición de una parte de este patrimonio y la actual presión inmobiliaria obligan a extremar las medidas de protección para este tipo de edificaciones que ya pertenecen por méritos propios al paisaje urbano cacereño.