Aunque su salida del Extremadura levantó más de una polvareda, ayer fue la última vez que mostró su agradecimiento a la entidad azulgrana y a la propia ciudad en una entrevista en Radio Almendralejo. Eduardo Moya Cantillo (Monesterio, 3 de enero de 1981) engrosó el pasado domingo la nómina de jugadores extremeños que han jugado en Primera División. Debutó con el Real Mallorca, al que acaba de llegar procedente del Tenerife, y en el intercambio insular ha ido a reencontrarse con dos viejos conocidos. Tanto David Cortés como Hipólito Fernández Poli fueron compañeros suyos en ese Extremadura que perdió categoría y sitio en la Liga de Fútbol Profesional no hace demasiado. Y la verdad es que cada vez resulta más incomprensible lo que ocurrió con el cuadro almendralejense. Sobre todo a la vista de la trayectoria ascendente de muchos jugadores que tomaron parte en aquella malograda y nefasta aventura. Edu Moya busca su sitio, desde la humildad que rezuman sus palabras, en la Liga de las Estrellas . Pero en el reverso de la moneda está su intención de seguir subiendo peldaños amparado en la fórmula que tan buenos resultados le ha dado: mucho trabajo, bastante sacrificio y una pizca, quizás algo más, de ambición. Condiciones, y polivalencia en cualquier sistema táctico, tiene para ello. Y además los merece. Suerte y que Extremadura siga sumando.