Se oyen campanas de que el PSOE y el PP quieren firmar un pacto educativo. Ya iba haciendo falta. En casi dos décadas el sistema educativo español se ha comportado como un boxeador sonado. Lo que llega al público, sin embargo, es reduccionista y nada tranquilizador: no hay más problema que el Bachillerato. Unos dicen que tiene que durar tres años. Los otros entran al trapo y dicen que nanay. El sistema educativo español debe de ser el más rígido de Europa, y, según parece, lo seguirá siendo. Hay estudios universitarios y ciclos superiores de FP que con un año de Bachillerato van que chutan. Otros necesitarían al menos dos, y algunas licenciaturas no lo harían bien ni con tres años. Pero comenzaron la discusión por el tejado. Porque, ¿qué sabemos de la Primaria? ¿Cuántos alumnos la dejan sin saber hablar ni escribir, o hacer cálculos sencillos? ¿Cuántos no entienden lo que leen o lo que escuchan? ¿Y de la Secundaria Obligatoria? ¿Qué niveles competenciales alcanzan los alumnos que promocionan y obtienen el graduado? En definitiva, ¿cuál es realmente el nivel académico de nuestro sistema educativo en general? Si se supiera a nadie extrañaría que muchos grupos de Bachillerato parezcan un auténtico refugium peccatorum . Menos mal que ahí queda Sevilla.

José M. Gallardo Durán **

Campanario