TAt lo largo de los últimos veinticinco años la Educación en Extremadura, como otros muchos sectores productivos, ha experimentado un profundo cambio motivado por la transformación de nuestra sociedad, la alternancia política (continuos cambios de gobierno que han provocado un caos legislativo sin precedentes en educación) y los avances tecnológicos.

Aunque nuestra educación echó a volar hace tan sólo ocho años, considero conveniente marcar tres momentos en el último cuarto de siglo de Autonomía extremeña.

En 1983 regulaba nuestra educación la Ley General de Educación, que se aprobó en 1970 y que era progresista para su tiempo y situación. Estableció la enseñanza obligatoria hasta los 14 años y trazó cuatro niveles educativos: Preescolar, EGB, BUP y COU. En Extremadura había 9.300 profesores, 747 centros y 221.500 alumnos.

El año 2000 fue el año de la transferencia de los servicios educativos a nuestra región. El número de profesores había aumentado, 13.000, al tiempo que se iba reduciendo el de alumnos, 215.000. La LOGSE fue una ley ambiciosa que quiso transformar nuestra educación desde sus cimientos, y de hecho que lo hizo, aunque para peor en muchos aspectos. Prolongó la obligatoriedad de la enseñanza hasta los 16 años, estableció nuevos niveles educativos: Infantil, Primaria, Secundaria Obligatoria y Secundaria Postobligatoria, introdujo la comprensividad y apostó por la promoción automática de los alumnos. A partir de este momento lo importante no es que quien se esfuerce y tenga capacidad e ilusión promocione al curso siguiente, sino que todos lleguen a la meta (quieran o no, se esfuercen o no, sean capaces o no). El igualitarismo inunda todo el sistema educativo de la época.

En el año 2007 son 15.400 los profesores existentes y 184.500 los alumnos. En estos veinticinco años se ha producido un hecho que siendo negativo para la economía de nuestra región, al menos permitirá subir el nivel educativo (si las leyes no lo impiden): el número de profesores se ha incrementado en más de 6.000 y el de alumnos se ha reducido en 37.000. La primera lectura es clara, más profesores para menos alumnos supondrá una reducción de ratios que posibilitará una enseñanza más personalizada. Sin embargo ratios bajas sin más no garantizan el éxito escolar.

A lo largo del presente año la Consejería de Educación quiere poner en marcha la Ley de Educación de Extremadura, cuyo reto principal será reducir el fracaso escolar. Desde CSI-CSIF compartimos y apoyamos los objetivos, aunque no coincidamos en algunas medidas que están adoptando.

*Pdte. autonómico CSI-CSIF Extremadura