Una apuesta por la Educación como "la mejor receta para hacer frente a las demandas de un mundo cada vez más globalizado, competitivo y exigente"; financiación autonómica, balanzas fiscales y defensa del Estado como el ente que es mucho más que la suma de las 17 comunidades autónomas más Ceuta y Melilla; conmemoración de los 25 años del Estatuto de Autonomía y apuesta por su reforma; y convocatoria para un acto de toda la sociedad que bien podría ser subtitulado "de reivindicación como comunidad autónoma", fueron algunas de las ideas que el presidente de la Junta expresó ayer en la ceremonia de entrega de las Medallas de Extremadura.

Fernández Vara se refirió a la estructura del Estado; a la supremacía de la Constitución y a la igualdad entre los ciudadanos que su artículo 14 consagra. La apelación, aunque ya sea un clásico en los discursos institucionales del Día de Extremadura, es pertinente porque la discusión sobre financiación autonómica y la publicación de las balanzas fiscales, que ha venido a enturbiarla, parece querer establecer un diseño de Estado formado por comunidades que "dan" parte de sus impuestos a otras comunidades, que son las que "reciben". Vara, oportunamente, trajo a colación que las compras que hacen los extremeños de productos catalanes se ha cuadruplicado en la última década merced a que se producen en un contexto "de prosperidad compartida" entre todos los españoles, que es lo que hay que defender ante la carcundia del discurso de los ricos ofendidos.

Precisamente como acto de reivindicación "a favor de la convivencia y de la prosperidad compartida que ha representado la España de las Autonomías", Vara anunció que promoverá una manifestación en la calle al que están llamados todos los extremeños. Es una iniciativa arriesgada. Y no porque no esté justificada ni porque el motivo no lo merezca, sino porque una manifestación a favor del Estado Autonómico, si no cumple las expectativas en cuanto a participación, puede ser utilizada en contra de la región y a favor de sus posiciones por los que querrían enterrar la estructura estatal actual.

El presidente de la Junta habló también de Educación. Se comprometió con ella por considerarla "auténtica palanca de transformación de los pueblos". Recordó la mejora del nivel en los últimos años y de cómo el programa de refuerzo puesto en marcha este año ha logrado que los resultados positivos en Enseñanza Secundaria Obligatoria hayan pasado del 74% al 78%. A pesar del avance, Extremadura no puede conformarse con eso. Si la Junta admite que el 22% de los alumnos obtiene resultados negativos (es decir, tienen que repetir o, peor aún, no acaban la escolarización obligatoria), quiere decir que miles de jóvenes extremeños quedan excluidos de aprovechar la palanca de transformación que representa la Educación. Extremadura debe buscar nuevas vías, abandonar las ideas erróneas, copiar de los mejores sistemas, indagar en un nuevo modelo, adoptar medidas revolucionarias... Porque el goteo del fracaso, aunque se vaya reduciendo, clama a gritos que el compromiso del presidente en el Día de Extremadura se concrete en un plan extraordinario.