TVtamos a vivir unas semanas moviditas, con carreras para colocarse en buenos lugares, en el Gobierno y en la oposición. Ganadores y perdedores tienen ahora que repartirse, unos la tarta del poder, y otros los cargos que les quedan en el Parlamento y en el aparato del partido. Nadie quiere quedar fuera de juego; por lo que se sacan a relucir cuentas pendientes, trienios de militancia, sacrificios por la causa, adhesiones inquebrantables, respaldos autonómicos e incluso relaciones familiares, si eso sirve para alcanzar un ministerio o una subsecretaría.

En el PP las luchas son más soterradas. Los conspiradores todavía no dan la cara, pero las dagas comienzan a brillar en los pasillos de Génova en defensa de los nombres de los subalternos. Hay que colocar a los segundos espadas para tener control sobre diputados y senadores. Por eso Rajoy dilata la decisión, apura los plazos y calla. Solo se fía de Soraya Sáenz de Santamaría , leal, aunque demasiado joven para enfrentarse a José Antonio Alonso como portavoz del grupo parlamentario del PP.

Y mientras Blanco continúa su ronda de contactos para lograr que los nacionalistas voten a Bono como presidente del Congreso, Zapatero deshoja la margarita de los nombres de su futuro gobierno. Los ya conocidos parecen confirmar la imagen de un gabinete muy continuista. En algunos, como Exteriores, demasiado continuista. Por encima del compromiso del presidente con Moratinos está la imperiosa necesidad de impulso que la política exterior reclama a gritos en áreas como América Latina o Europa. También se comprometió Zapatero a hacer vicepresidentes a Caldera y a Rubalcaba y los ha dejado con un palmo de narices y el ego por los suelos.

El que parece liberado de ataduras es Eduardo Zaplana . Mientras un manto de silencio cubre a sus compañeros, el exportavoz proclama lo obvio: que Rajoy dijo una tontería al reclamar al PSOE que se abstuviera en su investidura en el caso de haber ganado las elecciones. Porque el papel de la oposición es, como su nombre indica, oponerse.

Tanta bronca hay que el presidente fundador de este partido, Manuel Fraga , ha tenido que ser reelegido senador por Galicia con los votos de PSOE y BNG, porque los de su partido anularon sus papeletas con una tachadura ¡Lo último!