Abogada

La imagen que más me vinculó a votar el 25-M, además de mi derecho y deber como ciudadana, fue la de una señora mayor, que con gran dificultad, al epílogo de sus muletas, se acercaba muy lentamente a la urna a depositar su voto. Sin duda, esto despertó en mí la mayor de las obligaciones, el deseo de esa señora de ejercer su derecho al voto, por encima de la gran dificultad que le entrañaba físicamente; incluso fue el día que más anduvo en varios años, según me comentó. Al socaire de este magnífico esfuerzo, y en el polo opuesto encontramos a los de AUB (Autodeterminaziorako Bilgunea), éstos de Batasuna, cuya ilegalización fue sentenciada, con el claro propósito, entre otros, de evitar que se "subieran" a las instituciones a hacer apología de la barbarie terrorista. Me ha sorprendido que no montaran ningún tipo de algarabía; parece ser que esto tiene mucho que ver con la presencia de "observadores internacionales" de su cuerda que han estado presentes para dar fe de su gran apoyo popular; y, de esta manera, comunicar a la opinión pública internacional la grave injusticia hacia ellos cometida. Alrededor de unas 200.000 papeletas han ido a parar a la mencionada formación política. Dato éste que los miembros de AUB van a pedir a los observadores italianos, sudafricanos y escoceses que difundan al objeto de dar a conocer el sentir de una población --con apoyo popular-- que está siendo subyugada por el Estado español. Me imagino que, al hilo de esto, intentarán obviar la macabra propaganda que les significa, referida a la negativa a condenar la muerte en atentado terroristas, la falta de libertad política de concejales y dirigentes políticos no nacionalistas, así como las amenazas a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado.