TSte comentaba en la tele la muerte de los 17 militares españoles en Afganistán y una cabeza pensante se preguntaba en voz alta: "¿Por qué ha de haber tropas que hagan las funciones de ONG?". Lo mismo se pregunta mucha gente.

Hay varias respuestas: porque no hay cuerpos civiles que se ocupen de tareas necesarias en medio mundo, porque ningún país parece interesado en crearlos y porque algo han de hacer los soldados. Si nadie se atreve con la desmilitarización, vale más que hagan prácticas de ONG, mejor que no estén mano sobre mano en los cuarteles o que se embarquen en las tareas más propias de los ejércitos, como es la guerra. Es la diferencia que hay entre la presencia de las actuales tropas españolas en Afganistán y las que antes hubo en Irak.

No se instruye a los soldados que han de participar en estas misiones de ONG en la ayuda a cruzar la calle a los ciegos y las viejecitas o en la alfabetización de adultos, sino en asuntos que ha de afrontar un país que no quiere vivir en un conflicto permanente. En el territorio de Afganistán han de asegurar, por ejemplo, que el próximo 18 de septiembre la gente pueda votar tranquila. No siempre estas misiones están en países lejanos, porque las tenemos también en Europa, a dos horas de Barcelona en avión. La ONG Soldados sin Fronteras, como fuerza multinacional de interposición, evita que los odios interétnicos conduzcan otra vez a matanzas de bosnios musulmanes y de albano-kosovares. Los soldados extranjeros ya estarían fuera. Pero nunca es el momento de irse, y, en espera de que mejoren las perspectivas de pacificación, se les pide a las tropas que no se vayan. Así, en los cinco continentes.

De algunas misiones que tenían fecha de caducidad se ha perdido el recuerdo de cuando empezaron.

*Periodista