WEw l presidente de la Junta, José Antonio Monago, convocó el jueves de la semana pasada a los representantes de los grupos parlamentarios y al presidente de la Asamblea a un encuentro para hoy denominado 'desayuno presidencial' porque va a tener lugar en torno a un desayuno. La convocatoria la anunció el mismo Monago en una comparecencia en la que también adelantó que el Presupuesto del 2012 sufrirá "un recorte sustancial" y después de que el consejero de Economía y Hacienda informara de que el déficit de la región está situado en el 6,8% del PIB, casi cinco veces lo comprometido con el Gobierno central. Ese fue el contexto en que Monago hizo la convocatoria del encuentro de esta mañana, que fue justificado por la necesidad de que los partidos políticos "arrimaran el hombro" para salvar la situación de la región, calificada ese día por el presidente, por medio de una declaración institucional, como "el mayor desafío económico de la historia de Extremadura".

El expresidente de la Junta ya ha anunciado que no irá al desayuno de hoy porque está en desacuerdo con el formato. Guillermo Fernández Vara señala que para hablar entre todos los partidos sobre política hay que hacerlo en el Parlamento, y si hay que negociar algún aspecto concreto, uno a uno y a solas. Tiene razón Vara: un desayuno de los grupos parlamentarios con el presidente de la Junta no es el modo más adecuado para abordar la situación económica de la región, mucho menos si esta es tan crítica que superarla tiene el alcance de "desafío histórico".

Extremadura necesita acuerdos más que nunca. Por la propia correlación de fuerzas en el Parlamento, que no deja margen para otra cosa y, más importante, porque la situación económica es tan crítica que, efectivamente, todos los partidos y todas las instituciones de la región, del ámbito que sean, van a tener que contribuir con su esfuerzo para salir adelante. Por eso, en cuestión de arrimar el hombro no se puede errar. Ni en el fondo, ni en la forma. Y Monago ha errado: una reunión para tratar de un asunto tan esencial para la región hay que hacerla sin convocatorias a los medios, sin fotos, para que ninguna de las partes se vea condicionada por la publicidad sobre la misma. Solo así puede tener resultados, que es lo que importa y lo que los ciudadanos necesitan.

Pero todo ello no significa que Guillermo Fernández Vara no se haya equivocado también no yendo a la reunión. Aun teniendo los socialistas razones para rechazar la convocatoria, debería estar esta mañana en Presidencia de la Junta. Nada le debería impedir asistir a la convocatoria del presidente por muy justificados argumentos que tuviera para no hacerlo. Ninguno tendría que estar por encima de las circunstancias en que se encuentra la región --los últimos datos del paro de agosto son suficientemente elocuentes--, que le obligan a sus representantes políticos a no desaprovechar ocasión de lanzar un mensaje de compromiso común, incluyendo en dicho compromiso, si es el caso, la crítica a la propia reunión, a su formato y a su contenido. No yendo al encuentro, Vara ha optado por hacer una oposición menos comprometida con la gobernabilidad de lo que tantas veces pregona, y lo aleja de ese carácter de partido de gobierno que el PSOE no debería perder en ninguna circunstancia.