La vista oral celebrada ayer por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre las cláusulas suelo puede suponer el principio del fin para una práctica abusiva que ha dañado la economía de miles de familias españolas por valor de miles de millones de euros.

Luxemburgo tendrá listas para el 12 de julio las conclusiones del abogado general del caso, que no son estrictamente la sentencia definitiva, que tardará unos meses, pero que suelen anticipar el sentido de la misma. Si todo sigue el guión que la mayor parte de los especialistas en derecho comunitario han esbozado, la resolución final será sumamente importante: obligar a los bancos que hayan aplicado cláusulas suelo a devolver el dinero a sus clientes contando desde el primer día en que comenzaron a aplicarlas y no desde que el Supremo las anuló.

Los profesionales del Derecho estamos convencidos de que dicha sentencia, de producirse, abriría la vía para nuevas y exitosas reclamaciones contra las cláusulas suelo, ante los tribunales o extrajudicialmente, y que los miles de españoles y españolas afectados van a poder pedir todo el dinero que han pagado de más, hasta el último céntimo.

¿Qué son las cláusulas suelo? Pues sencillamente: un límite abusivo que impone el contrato hipotecario a favor del banco y en función del cual, si el tipo de interés desciende por debajo de ese 'suelo', de ese mínimo, la cuota a pagar por el cliente no varía, no se ve afectada.

Es decir, estas cláusulas suponen que, por mucho que baje el crédito a interés variable los clientes no se podrán beneficiar de esa bajada llegado a un punto (el 'suelo' marcado por la cláusula). De hecho, el interés ha llegado a mínimos históricos de los que, por ejemplo, sí se han beneficiado los propios bancos. Mientras, los clientes que suscribieron hipotecas con cláusulas suelo han estado pagando un tipo de interés superior al del conjunto del mercado. Un modo sencillo de ganar dinero a costa de los más vulnerables.

UN ABUSO Así lo consideró el Supremo en mayo de 2013. Y, sin embargo, siguiendo un criterio del que nos alejamos muchos abogados y abogadas, el Alto Tribunal señaló que sólo se podía reclamar el dinero cobrado en virtud de las cláusulas suelo a partir del momento en que las anuló. En la práctica, desde mayo de 2013. Un criterio que pude ser anulado por Luxemburgo en unos meses.

El período anterior a esta fecha (por regla general desde finales de 2009 en adelante) no se devolvía, quedaba a salvo de la nulidad. O sea, el derecho a recuperar un dinero que el banco había cobrado indebidamente a sus clientes no resultaba defendido plenamente.

Como decimos, podemos estar asistiendo al comienzo de un gran cambio. Es preciso indicar a los ciudadanos y ciudadanas afectados que en estos momentos es importante consultar con un abogado que pueda defender plenamente sus intereses, tanto a nivel extrajudicial como, llegado el caso, judicial. Ha llegado la hora de que cada uno empiece a tomar las medidas para recuperar lo que es suyo. Es el tiempo de que esas mismas entidades que han transferido a la ciudadanía sus pérdidas pero que han obtenido indebidamente ganancias, a través de prácticas abusivas, devuelvan todo el dinero sin excepción.