Sostengo humildemente que esta es una época barroca porque en el Barroco la esencia no se corresponde con la apariencia y ese es también el signo del siglo XXI. Hablemos por ejemplo de Cáceres y su comercio. El comercio de Cáceres tiene mala fama, pero yo soy de las que no se fían de las apariencias. Por ejemplo, ahora que parece que por fin el Corte Inglés se instalará en el Centro de nuestra villa muchos consideran que será un estímulo muy necesario. Yo coincido con ellos porque se modernizará la zona, llegarán clientes de los pueblos y se dinamizará la vida ciudadana. Aunque, qué quieren que les diga, a mí me mola el comercio tradicional de esta acogedora ciudad. Es opinión bastante extendida que este tiene que espabilar, que no se cuida suficientemente la clientela, que el vendedor no innova, que a veces anda algo desganado o que las tiendas del centro son muy pijas. El otro día sin ir más lejos una dependienta me riñó en una tienda de medias porque las saqué de la bolsa. Su reacción me produjo ternura pero cambié de local. Mas no se dejen engañar por las apariencias. Yo tengo varias amigas estupendas con pinta de pijas que compran en tiendas con pinta de pijas. Mis amigas estupendas se cuidan lo que pueden y también cuidan de su hogar, de sus hijos, de su madre mayor y enferma y a menudo de su suegra con alzheimer. Muchas de mis amigas pijas meriendan en el Gran Café o toman el aperitivo, porque les gusta mimar la amistad y se ponen guapas porque consideran un acto de respeto a los demás cuidar su imagen. Algunas de mis amigas pijas, estudiaron y acabaron Derecho mientras trabajaban y cuidaban de sus niños, se levantan a las siete de la mañana y no paran en todo el día, pero les gusta taparse la ojera y no pasear su aspecto agotado, pues agotadas están en realidad. De vez cuando entran en una tienda con pinta de pija y se hacen un homenaje comprándose algo, a lo mejor por Navidad. Por cierto, la dueña de la tienda pija a menudo está a las siete de la mañana descargando camiones y trabaja como una mula. Una mula pija, eso sí.