Increíble que a estas alturas del siglo XXI todavía haya personas con tantos prejuicios respecto a Extremadura como los autores y redactores de la Nueva Enciclopedia Temática del Estudiante, de Ediciones Rueda.

Estos señores, o conocen Extremadura solamente de oídas, o se han basado en textos del siglo XIX o primeros años del siglo XX, ofreciendo una visión decimonónica.

Comienzan presentando a esta región como "incomunicada del resto de la península por ser tierra extrema" (¿).

En pie de foto, página 239 del volumen II de dicha enciclopedia dice "Un elemento común a Extremadura es, desgraciadamente el subdesarrollo y la pobreza, simbolizada históricamente en la comarca de las Hurdes, una de las zonas menos desarrolladas del país" (Ahí es nada).

Resaltan "la dependencia (de Extremadura) de otras provincias en muchos sectores y presenta a los jornaleros extremeños que trabajan para los propietarios de latifundios sin posibilidad de evolución"...

En el epígrafe de Economía, página 240, leemos: "la presencia de jornaleros que constituyen una mano de obra barata y abundante" (Quién da más?).

Por último, entre otras lindezas, en el epígrafe de transportes, se puede leer "Extremadura posee un deficiente sistema de comunicaciones..." (sin comentarios).

Bien, los redactores y autores de la Nueva Enciclopedia Temática del Estudiante, mencionan el Museo de Las Ciencias y las Artes de Valencia y el Museo Guggenheim de Bilbao, pero no mencionan en absoluto el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, obra de Rafael Moneo e inaugurado por SSMM los Reyes de España, ni el Museo Vostell de Malpartida de Cáceres, ni tampoco el Centro de Cirugía de Mínima Invasión, ubicado en Cáceres y pionero en toda Europa. Tampoco hacen referencia al Casco Antiguo de Cáceres, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986. Para estos señores, por lo visto y leído, Extremadura sólo es agraria y ganadera, anclada en el pasado "sin posibilidad de evolución". Esta es la Nueva Enciclopedia Temática del Estudiante, que estos señores pretenden vender en el siglo XXI.

José A. Rodríguez González **

Plasencia