TEtl 28 de junio, organizado por el Consejo Económico y Social de Extremadura tuvieron lugar unas jornadas sobre discapacidad donde se escucharon una serie de afirmaciones, que a éste que escribe le preocuparon.

Por una parte se puso de manifiesto la importancia, ya no solo cualitativa sino también cuantitativamente, de los Centros Especiales de Empleo (C.E.E.) que en Extremadura se cuantifican en 118 con más de 1.000 usuarios.

También se escuchó en dichas jornadas que los C.E.E. se podían tipificar según su promotor: en los formalizados desde el asociacionismo que articula el mundo de la discapacidad por una parte y los formalizados desde el mundo empresarial, de los que sospecho, no con intereses tan altruistas como los primeros.

De estos últimos pusieron como ejemplos el número creciente de gasolineras en Cataluña y Madrid que se están convirtiendo en C.E.E. No hay que ser muy audaz para ver qué intereses encubiertos hay en esos cambios. Me voy a permitir decirlo en roman paladino: yo tengo una, dos o tres estaciones de servicios, las convierto en C.E.E., prescindo de los trabajadores que no me son necesarios y tengo como usuarios del C.E.E. a personas con discapacidad, con lo que supone de ahorro en su pago, más subvenciones y sigo con los mismos beneficios o más. La jugada es redonda. Y ahora hablamos de gasolineras porque su número empieza a ser preocupante, pero en un futuro empezaremos a hablar de otro tipo de empresas.

Visto lo visto, aquí falla algo. Los C.E.E. son una figura intermedia entre los Centros Ocupacionales y la empresa ordinaria. Un espacio de empleo protegido donde la persona con discapacidad es formada para que en un futuro, ya cualificada, pueda ingresar en el mercado laboral ordinario. Por tanto tienen un claro matiz de tránsito. No se puede pensar en los C.E.E. como algo estático, a no ser que el ingreso en el mercado laboral, tras muchos intentos, sea complicado o difícil.

Desde UGT Extremadura entendemos que esta dificultad puede ser una de las razones por las que se tiene que dar ese encuentro necesario que da título a este artículo. El encuentro entre el mundo de la discapacidad y el diálogo social. Dificultad que me sospecho, más de desconfianza que real. Hay incentivos económicos, hay legislación que obliga a la contratación de personas discapacitadas del 5% en administración y del 2% en empresas con más de 50 trabajadores, hay figuras jurídicas para hacer el paso del trabajo protegido al trabajo ordinario como son el Enclave Laboral. Por lo que queda es hablar entre todos.

El que escribe como responsable de esa área en UGT Extremadura tiene que reconocer su parte de culpa en esa desunión "antinatural" porque en asuntos de esta envergadura, todos y digo todos, tenemos parte de culpa. Los sindicatos, por ejemplo, sólo hay 3 convenios en Extremadura que contemplen complemento por familiar con discapacidad. Los empresarios, sólo tenemos que ver las distintas líneas de ayudas que hay para promover la contratación de personas discapacitadas, o para la adaptación del puesto de trabajo, y las pocas solicitudes que concurren a las mismas. Y el mundo de la discapacidad ha formalizado toda una red de C.E.E. de espaldas a los agentes sociales y económicos cuando realmente se está tratando de cualificación y empleo.

Por todo lo anterior se hace urgente que las relaciones entre el mundo de la discapacidad, los agentes sociales y económicos y la administración sean fluidas y leales, partiendo del convencimiento profundo de que la persona con discapacidad, una vez cualificada para desempeñar un trabajo, pueda ingresar en el mercado laboral ordinario. Es el mayor reto a la integración de ese gran colectivo en su normalización social.

Hay experiencias en nuestra región, pasadas y presentes, como es el Proyecto E-Tradis I y II, que deberían ser plasmadas y desarrolladas en las relaciones ordinarias de las distintas partes activas en el asunto de la integración laboral de las personas con discapacidad. De esta manera se establece un marco de colaboración entre administración, asociaciones de discapacitados, sindicatos y empresarios que han dado como fruto buenas prácticas a la hora de tratar esta problemática.

*Secretario de Acción Social y Migraciones de UGT Extremadura