Responsable de Enfermeras de FSP-UGT Extremadura

Las transferencias sanitarias a Extremadura han supuesto, según la opinión generalizada, un acercamiento de la administración sanitaria tanto a la ciudadanía como a los trabajadores. Sin embargo, el Colectivo de Enfermeras, mayoritario en la sanidad pública extremeña, disiente de esta opinión, ya que, a punto de cumplirse un año de las transferencias, este colectivo considera que las autoridades autonómicas se han olvidado de él y que sigue padeciendo las mismas carencias que con la Administración Central. Entre ellas, la inadecuada dotación de plantillas.

Nuestra comunidad arrastra un déficit de 900 enfermeras en la sanidad pública, lo que conlleva un deterioro importante en la calidad de la atención que se presta, imposibilidad de conciliación de la vida familiar y laboral por la modificación constante del calendario laboral y presencia de un 20% de paro entre estos profesionales, que se ven obligados a emigrar a otras comunidades autónomas e incluso al extranjero.

Asimismo, la ausencia de incentivos de motivación profesional y económicos, entre los que podemos citar la ausencia de carrera profesional, la inexistencia de equipos directivos profesionalizados en gestión, la merma en los recursos formativos destinados a Enfermería, la carencia de proyectos de desarrollo de las especialidades y la falta de unidades docentes en las ya existentes, por una parte; y, por otra, la baja remuneración, unida a las diferencias salariales entre Atención Especializada y Atención Primaria, agravada con el último acuerdo entre SES y Cemsatse y de la exclusión de las enfermeras de refuerzo de los acuerdos de homologación salarial, motivan una práctica profesional sin identidad propia que propicia el desánimo, la descoordinación, los agravios comparativos y el intrusismo.

En cuanto a la obligatoriedad de colegiación, a pesar del compromiso del presidente de la Junta para poder ejercer en los centros de la sanidad pública, se nos sigue obligando a pertenecer a la Organización Colegial de Enfermería, que con nuestros dineros, en lugar de defender nuestros derechos pisoteados, se dedica a financiar campañas electorales partidistas.

El Colectivo de Enfermería participa en el 80% de la atención que los ciudadanos reciben en los hospitales y concentra en sus manos el 70% del gasto sanitario, condicionando el nivel de satisfacción del ciudadano, además de la eficiencia y la capacidad de producir calidad del sistema; hasta el punto de que un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Pensylvania, señala que, cuanto más alto es el número de pacientes por enfermera en los hospitales, más tendencia hay a que se produzcan complicaciones en la recuperación de los pacientes.

Dada la trascendencia de los hechos denunciados, la Enfermería extremeña se siente legitimada para exigir a las autoridades sanitarias autonómicas que acomoden su visión sobre este colectivo, escuchen sus reivindicaciones, aborden y den soluciones a los temas planteados y que tengan en cuenta que cualquier proyecto va abocado al fracaso si no cuentan con la complicidad y la colaboración de estos profesionales.