Con el historial que tiene como delegado del Gobierno en el País Vasco, ¿puede sorprender a quien sea demócrata de siempre la confesión que acaba de hacer Enrique Villar Montero (Logroño, 18-12-1939)? He aquí: "Tengo que decir que soy menos antifranquista que nunca". ¿Lo ven? Poco a poco, muchos militantes del PP van saliendo del armario de El Pardo. En el partido gubernamental, es evidente que si no son franquistas todos los que están, sí están todos los que lo son.

Villar le ha cogido gusto a hacer de pirómano en el incendio de Euskadi. En 1999, llamó "partidos asesinos" al PNV y EA por pactar con EH. Un año después, explicó que era difícil compartir con el Ejecutivo vasco ciertos datos policiales. "Con un Gobierno que colabora con los asesinos a los que perseguimos", dijo textualmente. En aquella ocasión, sufrió una querella por presuntos delitos de prevaricación y calumnias, que fue admitida a trámite. También por entonces criminalizó los nombres vascos: "En la kale borroka abundan los Asier, Aitor....". En el 2002, acusó a Ibarretxe de practicar la "limpieza ideológica" y permitir "el relevo generacional de ETA". Y todo, sin que su amigo Mayor Oreja se haya distinguido por descalificarle. Antes al contrario. Con otro gobierno, este delegado no hubiese durado un telediario, pero en cambio lleva siete años allí.