TStin que aún hubiésemos digerido el daño causado con el cobarde asesinato de la pequeña Mari Luz en Huelva, los españoles nos encontramos con el dramático caso de la joven sevillana, Marta del Castillo . Impotencia, conmoción, frustración y dolor, sentimos por dentro millones de españoles ante el crimen de la pequeña de la familia Cortés .

Tras el vil asesinato de Marta del Castillo, estas sensaciones y estos sentimientos han vuelto a aflorar en la ciudadanía, pero en esta ocasión, más agravados. El dolor de los padres de Marta contrasta con la frivolidad y trivialidad con la que los asesinos están declarando en los juzgados. Los juegos dialécticos y argumentales que están efectuando estos indígenas con sus declaraciones están generando una indignación social sin precedentes. El asesino confeso de Marta, Miguel Carcaño , su hermano, Samuel y el Cuco , están poniendo en jaque a la justicia española y están haciendo que nos preguntemos y nos replanteemos muchas cuestiones. Los hechos acaecidos y la impunidad con la que los asesinos han actuado y están actuando, hacen que surjan nuevas y más dudas sobre nuestros sistema.

Juan José Cortés supuso todo un ejemplo social por su serenidad, firmeza y sensatez. En esta ocasión, la actitud y entereza de Antonio del Castillo está sorprendiendo y está conquistando el corazón de millones de ciudadanos. Resulta muy duro y difícil, ponerse en la piel de esta familia. El dolor que deben estar soportando es inimaginable. La incertidumbre de poder conocer realmente lo que pasó y el dar con el paradero del cuerpo, está haciendo que esta familia permanezca en un sin vivir . De momento el cuerpo no descansa en paz y todavía no se ha hecho justicia.

Nuestra solidaridad con la familia del Castillo ante este macabro asesinato. Ya hay miles de firmas y varias asociaciones y colectivos exigiendo a los poderes públicos la reforma del Código Penal y de la Ley del Menor, para que "se contemple la cadena perpetua o, en su defecto, la prisión indefinida revisable con el cumplimiento íntegro de las penas en prisión sin beneficios de grados ni privilegios". Está claro que algo hay que hacer contra quienes perpetran este tipo de delitos y quienes perturban nuestro marco de convivencia pacífica y democrática. No podemos admitir ni asumir estas actitudes y estas fechorías en el seno de nuestra sociedad. El debate ya está en la calle.

*Presidente NNGG Extremaduray diputado autonómico.