Probablemente Pedro Pacheco , alcalde de Jerez de la Frontera, se quedó corto cuando dijo aquello de "¡la justicia es un cachondeo!". Semejante afirmación, hoy suena muy condescendiente, aunque estuvo a punto de costarle unas vacaciones pagadas a la sombra por cuenta del contribuyente, porque era lo más grave que de la justicia se había dicho en aquellos albores de la democracia.

Ha pasado el tiempo y aquella afirmación sería hoy superada en cualquier parvulario. Hace unos días un humilde pastor de Granada fue condenado con ocho meses de cárcel y una multa de 1.500 euros porque sus ovejas habían comido una planta protegida en una finca privada. Creo que el pastor debería haber llevado a sus ovejas a la universidad para que aprendieran a discernir entre las plantas que están prohibidas y las que están permitidas, porque con ganado tan ignorante se va a complicar mucho su existencia. Pero mientras el pastor cabildea muchos de los grandes ladrones de España, los ladrones insignia de la época de Felipe González , después de haber robado a manos llenas, siguen sin haber restituido ni un solo euro de las millonarias cantidades que sustrajeron de las arcas del Estado. La pista del dinero se perdió en paraísos fiscales.

La historia de la justicia en nuestra democracia está jalonada de claroscuros inquietantes con algunas actuaciones judiciales, hasta el punto de costarles la vida a inocentes ¿Quién vigila al vigilante? En el caso de Mari Luz la Administración de Justicia ha tenido un comportamiento irresponsable, que exige caiga quien caiga, esclarecer la actuación judicial y la de sus órganos de inspección, sin excusas ni pretextos.

¿Cómo se puede entender la condena anulada a un GRAPO que disparó por la espalda a un policía por no ir al juicio la testigo que le identificó? ¿Quiénes son los responsables? Si la justicia se asienta en la confianza del sistema esa confianza al día de hoy se encuentra en crisis. Se sabe que hay muchos políticos implicados en corruptelas urbanísticas cuyos casos se remontan a diez años atrás, pero aún están en trámite. Para lo que ha habido celeridad es para el delito del pastor de ovejas iletradas ¿Qué está fallando? ¿Es la justicia un cachondeo?

El mal funcionamiento de la justicia es un hecho y las consecuencias son claras y graves cuando vemos a delincuentes condenados cometiendo nuevos delitos; o se tiene miedo al alquiler de viviendas ante la desconfianza en los juzgados cuando surgen los problemas, o los honrados ciudadanos se ven envueltos en estafas empresariales cuya solución final se dilatan tanto que supone una injusticia. ¿Qué sentido tiene condenar a un promotor inmobiliario después de 15 años y cuando ha caído en la ruina?

Creo que el sistema judicial necesita pasar por una ITV urgente y revisar sus mecanismos y estructuras. Así, hoy, tal como está, suena a eso, a lo de Pedro Pacheco.

*Diputado del Partido Popular enla Asamblea de Extremadura.