WEwl presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, se verán hoy las caras en su primer debate del estado de la nación. Zapatero acude al Congreso de los Diputados buscando apoyos, más allá del pacto antiterrorista con el PP, para explorar un posible abandono de las armas por parte de ETA. No parece que la respuesta del PP vaya a ser precisamente constructiva. Su portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana, dijo ayer que la "mejor noticia" acerca del debate es que aún trata sobre "el estado de la nación" y no sobre las "comunidades nacionales".

El aznarismo, en el peor sentido de la palabra, que aún ejerce el PP, buscando rédito electoral al catastrofismo sobre el futuro del Estado, haciendo anticatalanismo ante las propuestas sobre el nuevo Estatuto de Cataluña y ninguneando la posibilidad que se abre en Euskadi, no anticipa que pueda llegarse a algún acuerdo.

Rajoy, que se presenta como abogado de la vigencia del pacto antiterrorista, debería cumplir hoy dos principios a los que el acuerdo obliga: no utilizar el terrorismo con fines partidistas y apoyar lealmente la política del Gobierno respecto de ETA. ¿Lo hará? El escepticismo es total.