TEtscribe sobre algo local, pegado a la actualidad, pero a la vez que trascienda todo localismo, para que el artículo no mengüe y se te quede escaso; usa el contexto sociocultural, el entropismo localista, pero huye de la pedestre inmediatez y de los límites geográficos; escribe con agilidad, sin procedimientos formales que te ahoguen y sin raquitismos que dejen cuanto dices en una crónica municipal; da tu punto de vista sin que hieras la sensibilidad ajena, pero sorpréndela de modo que se vuelva hacia ti; atráela. Construye sensaciones, anécdotas y crónicas que puedan leerse en cualquier lugar, tiempo o espacio. Sé atrevido, valiente, pero no te dejes arrastrar por la continua necesidad de denunciar, aunque sepas de sobra que la escritura es, ante todo, desobediencia y compruebes a diario que el poder pide obediencia; si puedes, sé placentero, aunque sepas que los acontecimientos no tienen gota de miel. Has de saber contar lo que la gente cree posible aunque sea imposible, y decirlo sin caer en la charlatanería, la verbosidad y la logorrea.

Esta no es una pretenciosa metacolumna, pero sí un sucinto manual de preceptiva que te exigen cada vez que te pones ante el folio en blanco, actualidad, deslocalización, intemporalidad, brillantez, ironía y libertad. Escribe. Escribo.

*Filólogo