Maestro

Ya está aquí, y cómo se nota. Bueno, a decir verdad y con la ley en la mano, todavía no debería estar aquí, pero la incontinencia es un problema de nuestro tiempo y algunas leyes están para hacer referencia a ellas, pero a lo que se ve, se oye y se lee, algunas no están para cumplirlas. Ya habrán adivinado que me refiero a la campaña electoral. Ya nadie denomina a este tiempo previo a su llegada legal como precampaña. Se nota en todos los ámbitos y también por el número de descalificaciones por minuto. Es el reino del y tú más y en algunas cuestiones, teóricamente intocables, y dos huevos duros . Me refiero a las pensiones que, como cada año están tan desajustadas con la realidad y las promesas incumplidas de contención por quienes nos gobiernan, que llegado enero se ven obligados a ajustar el desajuste con una exigua paguina a los que han sobrevivido al año. También son tiempos de reproches y de recuerdos de interesados olvidos, como la deuda con Andalucía. No se le cae la cara de vergüenza al ministro que maneja nuestros dineros al decir que si la autonomía fuera gaviotera no habría ningún problema. Y se queda tan fresco. Pues sabe lo que le digo, que el cuerpo me pide que mientras España no esté gobernada por los míos no voy a pagar impuestos, porque no estoy de acuerdo en que con mi dinero paguen la porquería de televisión que llaman pública y nos nieguen la nuestra, ni con que lo utilicen para bombardearos con la publicidad de lo bien que, según ustedes lo han hecho, ni con que, a pesar de la negativa de una amplia mayoría de españoles y saltándose a la torera el parlamento, soldados españoles estén jugándose la vida en Irak, ni con otras muchas cosas, pero, como me gusta cumplir con mis obligaciones, seguiré contribuyendo con la esperanza de que otros le den mejor destino a mi dinero. Por lo demás, lo malo de tener día fijo es que cuando sales algunos temas ya los han tocado otros. Tal es el caso del artículo de Cristina Teniente a quien, en mis apuntes semanales pensaba haberle hablado, de otra manera, de la viga y la paja, a la par que recordarle que su líder no acudió a todas las sesiones del debate presupuestario y de cómo los suyos de Madrid hacen de la ley de acompañamiento el trágala de aquellas cuestiones que no aguantarían sin sonrojo un debate parlamentario. También tenía notas para la propuesta de mi compañero Ibarra pero coincidían en parte con las opiniones de Alonso de la Torre. Lo del cachirulo me llegó al alma y me hizo recordar la intervención del chuntero Labordeta. Minoritaria, legítima y memorable. Vamos a ver en estos tiempos próximos a muchos personajes populares por nuestra tierra, incluso parece que a la ministra con casa en Trujillo pudieran presentarla por nuestra provincia y también se habla de que nuestro alcalde puede hacer doblete, pero las listas populares aún están en la cocina. Por lo demás este Cáceres nos sorprende con un incendiario acto violento que nadie esperaba y que no debe repetirse, como no debe repetirse la torpeza de derribar testimonios de nuestra historia, en este caso los restos de un teatro. Con ellos perderíamos un referente cultural de la vida de una ciudad, la nuestra, con aspiraciones de capital cultural.