Historiador

Demoledoras resultan algunas de las conclusiones del informe del Consejo Escolar del Estado. En él se alerta sobre cuestiones que entran de lleno en la percepción que de lo público tienen los individuos. Observo cómo la educación resulta uno de los pilares en los que el intervencionismo, no sólo es procedente, sino necesario.

Se ha venido utilizando con profusión el concepto de calidad, sin percatarse los defensores de la LOCE que la progresiva falta de recursos de los centros públicos atenta directamente con algo que presuntamente estaban defendiendo: la igualdad de oportunidades.

Se hacen precisas medidas complementarias como la escolarización total de la educación infantil (privándola del carácter asistencial), la autonomía organizativa de los centros, una inspección menos supervisora y más puesta en su labor de apoyo, asesoramiento e información, o por último una integración y reparto equitativo de inmigrantes y alumnos de necesidades educativas especiales entre los distintos tipos de centros.

Queda mucho por hacer, si bien es indudable que en el terreno de las promesas quedará en el debe del señor Aznar la que planteó sobre la generalización de los PC y las conexiones a internet en todos los centros. Algunas comunidades autónomas, como Extremadura, han tenido el valor de tomar la iniciativa y mostrarse con carácter ejemplarizante al resto del Estado con su flamante intranet, sus centros tecnológicos, su extensión de los idiomas extranjeros hasta los 3 años, su especial atención hacia la formación profesional o su sensibilidad hacia las capas más desfavorecidas con la creación de un plan de actuación para determinados centros.