XLxos presupuestos de 2005 son el primer paso dado por el Gobierno para el desarrollo de políticas que afronten las necesidades de España en el ámbito de la investigación y el desarrollo tanto en el sector público como en el privado. Responden al compromiso expresado por Rodríguez Zapatero en el debate de investidura cuando situó la ciencia en el centro de las prioridades del Ejecutivo, la educación y la investigación como motores del desarrollo económico y social de nuestro país.

De sobra es conocido el debate sobre si el presupuesto de I+D (investigación más desarrollo) destinado a defensa con los gobiernos del PP (37,3% del total frente al 15,2% de la media europea) constituía realmente un recurso para la investigación o sólo para la compra de material militar. De todos modos nuestros datos en relación a lo destinado para investigación básica (0,15% del PIB) nos situó a la cola de Europa.

Las actuaciones políticas en I+D se llevan a cabo desde el Ministerio de Educación y Ciencia pero también desde los de Industria, Turismo y Comercio y Sanidad y Consumo. Por eso las prioridades deben verse globalmente sin olvidar que el primer problema que tiene la política española en este asunto es la debilidad de las inversiones privadas y la pequeña implicación de las empresas en actividades de investigación y desarrollo.

En palabras de la ministra de Educación una buena política de desarrollo tecnológico no puede concebirse sin las universidades que son el principal agente del sistema de ciencia y tecnología. Para contribuir a este fin éstas no deben dejar de lado la mejora constante de su calidad docente e investigadora. Por ello en este año 2005 asuntos tales como el llamado proceso de Bolonia o la financiación universitaria coparán la atención del mundo académico.

Tenemos un sistema universitario descentralizado en el que conviven 50 universidades públicas y 20 privadas, instituciones de distinto tamaño y antigüedad, diversa implantación geográfica y con diferentes especializaciones.

Las universidades concentran el 55% de los investigadores y producen más del 60% de nuestra producción científica. En los últimos veinte años el peso de ésta en el mundo se ha multiplicado por cuatro. De ahí que el trabajo universitario tenga un papel decisivo en el aporte al país del capital humano y tecnológico necesarios para seguir construyendo la sociedad del futuro. A las administraciones les compete impulsar el proceso, desde el respeto a la autonomía y partiendo de un conocimiento cierto de la situación de las universidades.

El grado de madurez que se le supone al sistema permite pensar en objetivos exigentes en relación con la eficiencia y equidad del mismo. La construcción del Espacio Europeo de Educación Superior y del Espacio Europeo de Investigación son dos grandes oportunidades que no pueden desaprovecharse.

El primero de ellos cobrará mucha importancia en el año 2005. El proceso de Bolonia abre toda una serie de oportunidades y retos para elevar el reconocimiento internacional de nuestros títulos que entre los años 2005 y 2007 deberán desarrollar nuevos planes de estudio.

El proceso de Bolonia conduce necesariamente la atención hacia los estudiantes, primeros beneficiarios. Será preciso coordinar las enseñanzas de secundaria y la educación superior universitaria, en un discurso de programas de formación de profesores no universitarios. En el año 2005 y para apoyar la adaptación de las universidades a los nuevos procesos de enseñanza-aprendizaje, la administración pondrá en marcha varias convocatorias de estudio y análisis para proyectos relacionados con los Espacios Europeos de Educación e Investigación así como para potenciar la planificación estratégica de la adaptación al proceso de Bolonia citado. Las posibles reformas en cuanto a la prueba de acceso a la universidad, así como sobre el sistema de evaluación de enseñanzas, servicios y centros o la propia configuración de los órganos universitarios propiciarán un mejor desarrollo de las funciones universitarias. El aumento del personal investigador y una buena definición de las figuras del profesorado ayudarán al sistema universitario en su búsqueda de la excelencia.

*Secretaria de Educaciónde la Ejecutiva Regionaldel PSOE