TMtás de un año sin luz es el título que elige La Razón para explicar la frustración de millares de iraquís que llevan mucho tiempo sin energía eléctrica. No escatima en alusiones: "EEUU avanza de despropósito en despropósito en Irak. El último ha sido el asedio de Nayaf". Y concluye: "Los norteamericanos parecen empeñados en echarle más petróleo al fuego. Pretenden ganarse a la población con tanques, helicópteros y cazabombarderos. ¿Para qué tanta fuerza militar si después de un año han sido incapaces de solventar los problemas domésticos más elementales? Llevan allí más de un año y todavía no han puesto en marcha las centrales eléctricas".

Que el fracaso era más que previsible y de difícil remedio se encarga de demostrarlo el periodista David Rieff en la tribuna de El País . "Resulta difícil --explica-- ver qué eficacia puede tener la ONU mientras los grupos políticos iraquís están enzarzados en la lucha a muerte por la supremacía, un juego en el que, por primera vez desde la caída de Sadam Husein, la división de Irak se cierne como auténtica posibilidad". Sigue el elogio de los funcionarios de la ONU que, a pesar de todo, no quieren abandonar la zona, pero advierte: "Si se retiran con discreción, como hicieron tantas veces desde los años 90, y se comportan como el buen soldado, la situación parece condenada a fracasar. Con razón o sin ella, el fracaso de la ONU en Irak debilitaría todavía más su autoridad moral y limitaría su capacidad de actuar".

O sea, apagón mundial.

JOSEP-MARIA URETA