ETA ha matado a lo largo de su historia a 53 extremeños y su ejercicio asesino ha causado a decenas de ellos heridas directas e indirectas. Esta región ha pagado un enorme tributo de sangre y dolor desde hace 40 años hasta el pasado viernes, en que causó la última víctima. Y es que Isaías Carrasco era de familia zamorana, pero estaba casado con Mari Angeles Romero, una mujer nacida en Quintana de la Serena, de donde también son sus padres y desde donde partieron en los años 70 para buscar una vida mejor en Mondragón.

Cuando el pasado viernes saltó la noticia de que un hombre llamado Isaías Carrasco, había sido asesinado por ETA, los periodistas empezaron a buscar su conexión extremeña: ese apellido es tan frecuente aquí como infrecuente en el País Vasco. Resultó que hay personas en Extremadura que se llaman igual que el exconcejal socialista pero, afortunadamente, no tienen relación familiar. Sin embargo, y por desgracia, la conexión existía. Isaías, Carmen, Sandra... tienen parte de su memoria, aunque pequeña, en Quintana de la Serena. Allí está su tío Francisco Ortiz Romero para recordarlo. Francisco cumple hoy 87 años y ha recibido de ETA el peor de los regalos.