Mediante el psicoanálisis se determina la razón profunda de los comportamientos propios; sobre todo de los patológicos. ETA lleva más de 30 años buscando su identidad política por la metodología del crimen y todavía no ha averiguado que carece de ella. Euskadi independiente y socialista es el padre que les hubiera gustado tener, pero no solamente nunca existió, sino que tal creación está formulada desde la mentira de un mito histórico. En nombre de la patria vasca han sembrado el dolor en el pueblo que dicen defender. Al final han encontrado un terapeuta adecuado. Quienes conocen el psicoanálisis saben que hay sesiones de una dureza insoportable y otras con la placidez del chispazo que hace luz en una oscuridad antigua. Alfredo Pérez Rubalcaba es el psicoanalista que necesitaba ETA. Les está poniendo frente al espejo de sus patologías más profundas. Los servicios de inteligencia tienen tan trufada la organización que cada cachorro de terrorista que obtiene unos galones solo los disfruta unas semanas. En las cárceles, el tratamiento es más convencional, el impacto de lo que será una vida entre rejas: meditación cotidiana en paseos convulsivos hasta tomarle la medida exacta al patio de la prisión. Tanta pérdida de tiempo del terrorista como para hipotecar toda una vida. Los pseudoetarras que se pavonean por los pueblos de Euskadi atemorizando a la población empiezan a sufrir los efectos de las sesiones de Rubalcaba. Sus jefes ya nunca más serán alcaldes, no tienen representación en el Parlamento vasco y observan cómo el trasfondo político de sus ensoñaciones ha sido recogido por Aralar, que ha disociado las ideas de las pistolas. Empiezan a temer el día en que sean arrastrados por sus vecinos, cuando les pierdan el miedo. No sé cuántas sesiones más de terapia necesitan los jefes de ETA. Pero el problema tiene una solución clínica, es decir policial, siempre que no haya una nueva corriente de ingenuidad que repita la cantinela de que con el terrorismo solo se puede acabar negociando. Es un puro asunto de diván. El psicoanálisis es una terapia necesariamente lenta.