Albricias! Parece que casi todos los partidos, incluido el Partido Popular, han podido llegar a un acuerdo de mínimos en lo que a condena del terrorismo se refiere. Antes, el PP, para consensuar cualquier cosa, pretendía que los demás suscribieran su hoja de ruta de máximos. Ya saben, en vez de acordar los puntos esenciales y en los que todos (o muchos) podemos estar de acuerdo, que son básicamente la condena de la violencia y el uso de los instrumentos judiciales y policiales para luchar contra ETA, ellos querían aprovechar para colarnos SUS máximos, y SU estrategia de lucha antiterrorista; y ese no es el juego, porque puede haber, y la hay, pluralidad de visiones sobre cómo afrontar mejor la lucha para acabar con esta lacra, y nadie puede pretender que los demás asuman la totalidad de su visión. Llegar a acuerdos básicos y acordar políticas conjuntas no significa tratar de imponer la visión de uno.

En la lucha contra el terrorismo, más allá de los mínimos de repulsa a ETA y a la violencia, etcétera, hay diversidad ; y no pasa nada. Unos dirán que los terroristas no son sólo los de ETA, sino también los de Batasuna, que la izquierda abertzale en su conjunto es cómplice de los terroristas y que los nacionalistas lo toleran; otros defenderán que el mundo abertzale es plural y acoge en su seno a gente cuanto menos comprensiva con el terrorismo cuando no connivente, pero también personas que no están de acuerdo con la violencia y cuyo deseo es una independencia sin balas; unos terceros creen que la manera de luchar contra la violencia es también aminorar los debates identitarios; unos cuartos piensan que ilegalizar partidos o cerrar medios de comunicación no es la mejor manera de hacer frente a los violentos; o unos quintos, que estiman que con la ley en la mano y un escrupuloso respeto de la legalidad hay que derrotar a ETA... y podríamos seguir.

Por no hablar de la posición post-atentado. Hay quien dirá "jamás hemos de volver a dialogar o negociar con ETA, ya hemos visto el único lenguaje que entienden y cómo nos han engañado varias veces", y quienes contesten "si en un momento dado se dan las condiciones para iniciar unos contactos, etcétera"; quienes digan "derrotar a ETA no significa anular a todo el mundo abertzale, que los hay también no violentos y perfectamente representativos de una parte de la población vasca" y los que respondan "entonces, ¿por qué callan cuando ETA mata, por qué no alzan la voz bien alto que se les oiga?"

La democracia (o lo que tenemos) también es pluralidad.

*Periodista.