TPtarece que el expresidente de Gobierno José María Aznar ha estado cobrando desde septiembre de 2004 una cantidad de 10.000 euros mensuales de una empresa controlada por Rupert Murdoch , que acaba de contratarlo ahora como consejero. Bueno, no parece, es así, el propio Aznar nos ha explicado que la cantidad la facturaba una empresa familiar por "colaboraciones ocasionales, materializadas en notas o conversaciones" con análisis personales sobre la situación internacional. El problema es que esas colaboraciones ocasionales se pagaban con una cantidad muy parecida a un sueldo fijo. Y hay otro más, que Aznar no informó de ello ni al Consejo de Estado, al que pertenece y del que cobra también desde hace unos meses, ni a la Administración.

Parece evidente que debió hacerlo. Como hay razones para pensar que puede existir algún tipo de incompatibilidad entre su sillón en el Consejo de Estado y este trabajo pasado para el imperio de Murdoch, semejante al que va a desempeñar a partir de ahora para la misma empresa multinacional. Se verá, a la luz de la ley, si éstas existen. Pero si no existieran, el problema no desaparecería, no incumbiría a Aznar, pero sí a un marco legal que permite cosas tan extravagantes.

En política, los límites entre la ética y la estética son muy difusos e interactúan. Hay cosas que un político puede, pero no debe hacer. ¿Se acuerdan de la polémica que se organizó con la foto del presidente Maragall colocando una corona de espinas a Carod Rovira ? Pues de la misma forma que hay fotos políticamente incorrectas tampoco resulta muy correcto que un expresidente de Gobierno que pertenece al máximo órgano consultivo del Gobierno, el Consejo de Estado, pueda estar asesorando al mismo tiempo con notas o conversaciones a nadie, y menos a un imperio mediático. Así que si la ley permite eso, habrá que pensar en cambiar la ley.

De la misma forma que el Estado tiene la obligación de proteger el futuro inmediato de sus presidentes cuando abandonan el poder, y lo hace, quienes aspiran a esa dignidad deben tener sumo cuidado con lo que hacen cuando dejan la vida política. Aznar, los que le precedieron y los que vengan.

*Periodista