Tanto maquillamos, a veces, la realidad, que hasta los hechos más deleznables pueden llegar a tener apariencia de virtud.

Seguramente necesitemos disfrazar esta realidad con palabras de significado difuso y suave para poder digerir aquello que nos avergüenza o nos horroriza.

Y es así que llamamos "daños colaterales" a los asesinatos de civiles en las guerras. "violencia de genero" a los asesinatos en el matrimonio."ilegales" a los inmigrantes paupérrimos que aspiran a una vida mejor, o simplemente a no morirse de hambre. "tercera edad" a los ancianos o viejos, cuya imagen no esta bien vista en nuestra sociedad de culto a lo joven. "crispación política" al insulto, a la mentira y a la mediocridad de algunos políticos y medios de comunicación.

"Fraude fiscal" a quienes no juegan limpio con sus impuestos, enriqueciéndose de forma inmoral e ilegal y contribuyendo así a hacer una sociedad mas pobre e injusta. "Corrupción urbanística" a políticos mafiosos disfrazados de demócratas que se enriquecen con el poder de sus cargos. "abuso infantil" a la vergonzante explotación sexual y laboral, por adultos sin escrúpulos, sobre niños pobres, vulnerables e indefensos.

La lista podría ser interminable, como lo es, también, la capacidad que tenemos para disfrazar, escamotear o disimular la realidad de forma interesada, o simplemente para hacerla soportable.

Pedro Serrano Martínez**

Valladolid