XSxi existiera un concurso al tedio y al hastío, al amigo Antonio Vélez lo echaban por abusón. De nuevo, nos vuelve a sorprender con uno de sus artículos que, salvo servirle como terapia para su enfermedad de desamparo político, no tiene más valor que el de un ex político trasnochado, resentido y olvidado de todos y por todos, que pretende mantener ese hilillo de contacto con la realidad, incluso desde la paranoia, con escritos que sólo él se cree. Creo que es el cuarto artículo que le publican sobre el tema de Carcesa, un tema que le obsesiona. Ahora cabalga en su delirio sobre el jaco que le presta el ufano ex gerente de urbanismo, el inefable don Gregorio Yánez y apoyándose en la prestada cabalgadura, cual quijote, la emprende a mandobles contra todos, confundiendo en su desvarío la ficción y la realidad. La realidad, señor Vélez, es otra bien distinta.

No hay que trasladarse a los años veinte, señor Vélez. A primeros de los noventa, Carcesa era una empresa que pertenecía al Estado. Siendo Felipe González presidente del Gobierno y usted alcalde de la ciudad, la privatizaron. Sí, la privatizó un gobierno socialista con el silencio cómplice y cobarde del que ahora la defiende un poco tarde, ¿no? Siendo usted alcalde firmó un convenio de espaldas al pleno municipal y a la sociedad, en el que se recogían muchas más viviendas, con una media de 75 por hectárea. El convenio actual reduce la cantidad a 59 viviendas por hectárea, ha pasado por el pleno del ayuntamiento sin votos en contra, con el beneplácito de los agentes sociales, de la Junta de Extremadura... ¿a eso se refiere cuando habla de oscurantismo?

Gracias a sus magníficas gestiones con los actuales dueños del suelo (una empresa señera con muchos trabajadores) se retiró la línea de ibérico quedándose de forma testimonial, la fabricación de paté y magro de cerdo, y menguado a un exiguo número de trabajadores. Menos mal que el bodrio que usted remendó, no vio la luz, pues de ser así, el exiguo número de trabajadores se hubiera reducido a la nada. De eso no habla usted en su artículo, ¿verdad?, que siendo un socialista pinturero le importaba un jamón la viabilidad de la industria y sus trabajadores.

Con este nuevo convenio, aparte de regular un espacio que por presión urbanística no podía seguir siendo industrial, va a conseguir que la empresa se mantenga en nuestra ciudad con todos los puestos de trabajo. Pero a usted le interesa sembrar la duda y emponzoñarlo todo, con un discurso incendiario amparándose, ahora, en un incalificable escrito del entonces gerente de urbanismo.

Se atreve en su escrito a calificar al pueblo de ignorante, situándose usted por encima de todos. Su arrogancia sólo es comparable con el tamaño de sus dislates. Pero esa arrogancia que demuestra en sus escritos se reduce a la cobardía impúdica de no atreverse a escribir lo que va contando a los pocos que le escuchan, echándoles la culpa de lo de Carcesa a sus compañeros de partido, Angel Calle e Ibarra . Eso no se atreve a escribirlo, como tampoco escribe sobre los militares, el Estatuto de Capitalidad...

En cuanto a que alguien debería ir a la Fiscalía Anticorrupción para que analizara este asunto, le recomiendo que no vaya usted, sino por si se queda allí más tiempo del que quisiera.

Ah, por cierto, y hablando de pelotazos demostrables el suyo señor Vélez: que disfruta de un sueldo como funcionario muy superior (el doble) del que le corresponde por su titulación y su tiempo y además sin ir a trabajar, gracias al favor de la Junta. ¿Vale?

*Concejal de Urbanismodel Ayuntamiento de Mérida