Escritor

El 1.º de mayo ya no es lo que era. Se echan de menos las demostraciones y la tabla de gimnasia rítmica con la frase final: "Franco, a ti te juramos seguir", que bien pudiera hacerla sin Pedro Lanza el PP en el pabellón de La Granadilla, con el problema añadido de tener que levantar glorioso a Celdrán, cuya barriga es imponente.

El 1.º de mayo es ya un pobre recuerdo, tanto de las demostraciones sindicales como de las reivindicaciones, cuando ya no sabe qué pedir. Porque pedir se puede pedir, pero y dar, qué puedes dar tú... Esta es la clave. Exigir tus derechos es fácil, y por eso los sindicatos piden más inspectores, que es el método más seguro para que no haya más empleo, en lugar de pedir más empresarios y un despido justo y equilibrado y no despiadado. Pero los sindicatos están para casos desesperados como el decretazo , o el de la guerra de Irak, que tanto nos ha sensibilizado, menos a los de siempre, que fue lo que sucedió en Extremadura en los años de la II República, que en lugar de llegar a una convivencia con la Iglesia Católica, se la persiguió de mala manera, que es lo último que se puede hacer en un país fanático. Es como si en un país árabe hubiera un partido que persiguiera a Mahoma. Pues aquí, por tocar las campanas en Fuente de Cantos, había que pagar una multa. En Azuaga se perdieron los estribos, y así llegó "La columna de la muerte", de Espinosa, que debiera ser un libro de obligada lectura, para ver cómo unos se salieron de madre, lo que dio paso a los asesinos de multitudes. Otro libro obligado, los de Francisca Rosique.

Las noticias de la campaña son las que son. Dice Martín que los chupatintas de la Junta le están haciendo un favor. No sé en dónde, cuando él se basta y se sobra, y el pobre Pedro Lanza apartado de la manada, que yo no sé cómo llamar a eso, si medio movimiento o movimiento entero, que es la última de Monago. El juego que le daría este hombre a Bush.

La próxima gran manifestación en España debiera contemplar pedirle perdón a los iraquíes por ocuparla. Yo pido perdón al menos a Fidalgo por la vergüenza que siento de su agresión.