La posible construcción de una refinería en Extremadura ha generado un gran debate en la sociedad que es innegable. La posición del Partido Popular gustará más o menos según los intereses de cada uno, y será acertada, arriesgada, descabellada u oportunista, según quién la contemple, pero lo que está claro es que se ajusta a un modelo de región que está en el discurso del Partido Popular extremeño, le pese a quién le pese, basado en una Extremadura limpia, productiva, de calidad y ecológica. En definitiva, lo que nos define como somos, sin inventar nada.

Por Extremadura han pasado varias revoluciones y nunca hemos sido capaces de subirnos a esos trenes de desarrollo. Una de las consecuencias ha sido la poca o nula industrialización que ha supuesto emigración, falta de oportunidades y desempleo. Pero nos ha dejado cosas positivas, como es una Extremadura que es la envidia de toda Europa en lo que a calidad de vida, pureza y entorno se refiere.

Desde el Partido Popular pensamos que esta falta de industrialización se debe reconducir, ya no como una desventaja sino como un nuevo punto de partida a aprovechar para hacer las cosas bien en elementos de futuro que, si se saben explotar, nos pueden colocar en posiciones punteras respecto al resto del mundo en varios caminos, como las energías renovables o los productos de calidad con sello propio.

¿Qué tenemos en Extremadura? Muchas horas de sol, muchas horas de viento, muchas hectáreas por cultivar, gente que conoce el campo como nadie y unas dehesas envidiables, entre otras cosas. Ahora hay que ponerlas en valor.

Cómo se puede explicar que una empresa extremeña venda jamones a 1.000 euros y que alguien lo pague. Cómo se puede explicar que un paté hecho en nuestra tierra gane un prestigioso concurso gastronómico en Francia. Cómo es posible que los japoneses compren té de olivo de Tierra de Barros. La respuesta es clara: Calidad, hacer las cosas bien y mirando al futuro.

En el mundo globalizado, a igualdad de producto se compra el más barato y la rebaja en el precio suele ser a costa de la mano de obra, con lo que la competencia con los países del tercer mundo siempre será desigual. La ventaja es saber vender artículos nuevos para un mercado cambiante y más exigente. Los tres ejemplos anteriores pueden ser la punta de lanza de una idea de futuro en la que la calidad nos dé un valor añadido.

XEN LO RELATIVOx a las energías renovables, nadie puede discutir nuestro potencial. La tendencia europea es la del fomento de estas energías y Extremadura podría estar en un lugar privilegiado, con la visión política necesaria y menos zancadillas como las que se ponen actualmente.

En energía solar tenemos más horas de irradiación directa que ninguna otra comunidad y sin embargo generamos menos megavatios que regiones del norte de España o que Alemania, algo que parece un contrasentido. Con la energía eólica ocurre lo mismo, además de generar empleo (3.600 en Navarra), sería un revulsivo en la financiación de los pequeños ayuntamientos. En cuanto al cultivo de biocombustibles tenemos todas las de ganar, puesto que la Unión Europea está enfocando el horizonte de la PAC en este tipo de siembras, y nosotros tenemos mucho campo y mano de obra cualificada.

Se equivocan los que intentan confundir el mensaje del PP diciendo que se está en contra del empleo, o el desarrollo de Extremadura, puesto que lo único cierto y verdad es que siempre apoyaremos las ideas e iniciativas buenas para la región, que sumen. Lo que no es de recibo es que los extremeños tengan que poner 72 millones de euros de su bolsillo para la creación de una industria con la que gran parte de los contribuyentes no está a favor, que no les gustaría tener cerca de su casa y que puede ensombrecer la imagen de los productos extremeños y el futuro de la región. "Es la solución para salir del Objetivo 1", dicen algunos, pero lo cierto y verdad es que en Andalucía o en Castilla La Mancha parece que no ha sido así.

La administración debe estar para ayudar a los proyectos del siglo XXI y no debe ir por industrias de los años 70 (hasta el propio Ibarra dijo en el Pleno del pasado jueves que era algo antiguo). Esto es lo que pretende el PP en su vocación de partido de Gobierno para la región y que cuenta con un proyecto claro para el mañana.

Nuestra mejor materia prima y garantía de futuro es la Extremadura que tenemos, nuestros recursos naturales, unos trabajadores expertos y con unos jóvenes más cualificados que nunca, aunque hay que saber mirar al mañana y poner en valor todas nuestras virtudes.

Para algunos será oportunismo, para otros ciencia-ficción, pero para el Partido Popular es una apuesta ganadora para el futuro del desarrollo y de la Extremadura que conocemos y queremos: limpia, productiva, de calidad y ecológica.

*Presidente del PP de Extremadura