El presidente Ibarra viene diciendo que es necesario unirse para hacer una gran industria transformadora de los productos de la región. Una gran cooperativa que transformara, con una sola dirección, nuestros productos de calidad.

Históricamente, los extremeños no hemos sido muy entusiastas a la hora de abordar grandes proyectos de forma conjunta, todos unidos, con un espíritu único y de nuestra tierra. En muchos casos, las individualidades han superado cualquier esfuerzo colectivo y por eso hemos perdido lo que se hubiera conseguido si todo el trabajo, el talento, la energía, la imaginación, etcétera, de tanta gente anónima, individual, representándose a sí mismo, se hubiera sumado. El resultado sería bien distinto.

Pero la realidad está cambiando y nos debe hacer reflexionar. Desde hace más de 20 años Extremadura está embarcada, por fin, en un proyecto colectivo como comunidad que pretende que sus ciudadanos vivan cada día mejor, más satisfechos y más felices. Y creo que entre todos lo estamos consiguiendo. Ahora podemos sacar la cabeza bien airosa, orgullosos de sentirnos extremeños y de estar haciendo muchas cosas. Bueno, bien hecho y de calidad.

Quizá nos falta otro empujón definitivo para ponernos a una altura superior. Quizá nos hace falta abordar de forma decidida, sin complejos, esos grandes proyectos industriales, comerciales, financieros, tecnológicos, empresariales, etcétera, que creen riqueza, supongan un fuerte desarrollo para la región y beneficien considerablemente a los ciudadanos extremeños.

XUNO DEx esos grandes proyectos que están previstos y que ha suscitado un gran debate en nuestra región es la instalación de la refinería de petróleo. Gran industria que puede suponer para Extremadura una primera piedra para consolidar un desarrollo sostenido y sostenible del que hemos carecido durante tanto tiempo y que nos puede augurar un futuro mucho más halagüeño, creando progreso, bienestar, riqueza, empleo, etcétera, y supondrá otra manera de empujar nuestra región, otra forma distinta de hacerla avanzar, más profunda, más duradera y más definitiva. Hasta ahora no existen datos objetivos que indiquen los perjuicios que su instalación ocasiona para Extremadura. Porque esta industria pasará, como no podía ser menos, todos los controles y ofrecerá todas las garantías necesarias para que los extremeños estemos tranquilos y sin temores.

Los empresarios, los políticos, las instituciones, los grandes sindicatos, la mayoría de la población extremeña, según las encuestas, están de acuerdo con su instalación en la región por los consiguientes beneficios que va a suponer. ¿Tanta gente se iba a equivocar? Por ello creo que, teniendo en cuenta lo positivo que va a ser para nuestra tierra esta instalación, decir sí a la instalación de esta refinería, es decir sí a Extremadura y a su desarrollo. Después habrá que intentar que, de forma selectiva, se instalen en nuestra tierra otras grandes industrias que se encarguen, por ejemplo, de la transformación y comercialización de nuestros productos, de la energía eólica, de la agricultura y la ganadería, de las nuevas tecnologías, etcétera. Todo por Extremadura y su desarrollo.

Sólo decir humíldemente a los que se oponen al proyecto, que están en todo su derecho, que cuando defiendan sus posturas, lo hagan desde las razones y los argumentos y traten de evitar los malos modos que no dan buenos resultados.

*Historiador