WEwl CIS ha publicado un estudio según el cual la sociedad española es crecientemente intolerante con los inmigrantes, de tal manera que en los últimos ocho años, el rechazo a los extranjeros había pasado del 8% al 32%. El estudio refleja que la razón del aumento de la xenofobia hay que buscarla en el incremento, a su vez, de la población extranjera, y que Extremadura es una de las regiones donde esa intolerancia ha crecido más desde 1996. La información que hoy se recoge en estas páginas quiere abordar este problema, y se refiere tanto al incremento de la población no española en la región como a la percepción que tienen de los extremeños las personas que representan a las asociaciones de inmigrantes. ¿Son cada vez más xenófobos los extremeños? Afortunadamente no hay brotes de xenofobia, pero la impresión más común es que hay un rechazo difuso hacia el extranjero. Un rechazo que debería hacer reflexionar a una sociedad como la extremeña, porque cientos de miles de sus miembros han sido extranjeros en algún país de Europa. Esta semana, además, uno de esos inmigrantes ha sido noticia trágica: Samara Mramech , que murió desangrada en Plasencia, junto a su hijo recién nacido, porque temía ser repudiada por su familia si se enteraba de que había tenido un hijo fuera del matrimonio. Samara murió por no poder soportar el rechazo. Y de ello no es responsable la sociedad extremeña, pero si ella hubiera percibido que se le podía ayudar, tal vez su decisión no hubiera sido encerrarse a dar a luz sola. La historia de Samara acusa por omisión: por mantenerla en la ignorancia de que la sociedad podía ayudarla para que no tuviera que exponerse a morir.