TQtuerido doctor Usón :

Me puse a escribirle esta carta ayer viernes por la mañana, imaginándome, casi sintiéndola yo también, su alegría emocionada por el inicio de la construcción de un sueño vivido por usted desde hace muchos años. El Centro de Cirugía de Mínima Invasión, por el que tanto luchó y expuso, comienza a elevarse, piedra a piedra, en esta tierra extremeña que le recibió con las puertas abiertas de par en par y a la que usted abrazó confiado y dispuesto a devolverle con creces cuanto esta tierra le diera.

Con usted acuñamos una nueva palabra que sólo existe en el diccionario de esta comunidad: ´extremaño´. Su trabajo, su entrega, la disposición permanente por el progreso en la ciencia y la experimentación de su especialidad profesional han supuesto un ejemplo y espejo en el que mirarnos muchos extremeños, más pendientes en el si hubiera sabido que en el por si acaso.

Estoy viéndole, don Jesús , en su primer peregrinaje por despachos y despachos extremeños presentando su idea, solicitando apoyos y ofreciendo su vida en el empeño. Conozco algunas de las que se cerraron ante el iluminado de turno y otros humildes que le dieron más de lo que podían, tras ver la verdad reflejada en sus pupilas y descubrir al enamorado de su profesión y al convencido en ir a ganar una guerra solidaria de cuya victoria sólo llegarán beneficios para las personas. La verdad, doctor Usón, a usted le acompañó la fortuna cuando cayó por aquí. Enseguida conoció a dos o tres personas que nunca le fallaron. Tuvo usted relación con instituciones que le animaron y apoyaron sus proyectos y conoció al único presidente de gobierno autónomo que es capaz, no ya de ilusionarse con una idea como la que usted pretendía, sino de atarse delante de los bueyes y tirar del carro hasta desfallecer.

Ayer me hubiera gustado andar cerca de usted y de nuestro presidente para compartir un minuto de emoción en el protocolario acto. Después me habría dedicado a mirar a los ojos a quienes nunca creyeron en el proyecto y a los que, ciegamente, lo apoyaron convencidos. También habría hecho una lista de los asistentes por lo de si estaban todos los que son o eran todos los que estaban. Con todo ello buscaría la coincidencia con usted ante una caña y un bocadillo en la gasolinera, refugio de sus soledades y de cientos de comidas de trabajo en tantos años dedicados al intenso esfuerzo en su permanente lucha por colocar a Extremadura donde todos los hijos de aquí y un extremaño, queremos. Con mi enhorabuena. Atentamente.

*Periodista